Ya todos coincidimos en cuán importante es operar sobre la base de datos de calidad, fiables y oportunos. El nuevo paradigma nos enseñó la necesidad de contar con un buen plan de gestión de datos. Su utilidad se manifiesta en distintos ámbitos, dentro y fuera de la empresa, al ser la información un valor tan útil como rentable para la inteligencia de negocio, a la que apoya desde la toma de decisiones estratégicas hasta una mayor seguridad o eficiencia en los procesos operativos.
Para conseguir que los datos nos brinden esa información privilegiada de forma segura y eficiente es necesario trabajar con un plan de gestión de la información que convierta esos datos heterogéneos en un activo empresarial capaz de mejorar la inteligencia de negocio de un modo significativo.
Según estudios recientes de PWC, las empresas que invierten en experiencias omnicanal aumentaron del 20% (antes de 2020) a más del 80% (en la actualidad). Y esto está íntimamente relacionado con la planificación. Para mejorar la inteligencia de su negocio es necesario que la información que maneja sea de calidad: gracias a ella se aprovechan mejor los recursos. Si entendemos todo esto en perspectiva, allanaremos el camino y llegaremos al objetivo central: generar un plan de gestión de datos completo.
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La seguridad, clave para un buen plan de gestión de datos
Teniendo en cuenta que el data management es un proceso continuo que depende de diferentes factores, como el control del ciclo de vida de los mismos o de los mecanismos de seguridad implementados; y sabiendo además que operan de forma cíclica o en función de necesidades concretas; al diseñar el plan de gestión de datos toda organización deberá esforzarse por alcanzar tres objetivos:
- Definir el concepto de calidad de datos
- Encontrar el mejor modo de integrar la información para poder utilizarla al máximo
- Cubrir las necesidades de preservación de la privacidad y de control de la información sensible, por ejemplo, recurriendo a la técnica del enmascaramiento de datos.
A su vez, en toda planificación es necesario reservar un especio para la prevención de posibles desastres y, en este sentido, la integración de la información de acuerdo a un plan de gestión de datos facilitará también la realización de copias de seguridad.
La inteligencia de negocio, más allá del data warehouse
Para optimizar todo ese caudal de información que nos rodea y convertirlo en algo útil necesitamos definir ciertos estándares de calidad. Por ejemplo, en muchas organizaciones el gobierno de datos no existe o presenta graves deficiencias, con lo cual estamos en un escenario donde podemos enfrentarnos con posibles errores.
La incorporación y el control de los datos externos, por ejemplo, resultan de gran importancia para lograr una integración completa. Hoy más que nunca, las fuentes de procedencia de información son variadas y continuas, y necesitamos definir pautas de tratamiento que obedezcan a una serie de pautas establecidas a priori. Así podremos dar cumplimiento a cuestiones como legalidad y usabilidad para poder implementarlas en las decisiones operativas de todos los días. Recordemos que la información actual y correcta mejora la toma de decisiones.
Los data warehouses internos tradicionales deben conjugarse hoy con otros datos externos que tenemos al margen de las clásicas bases de datos relacionales, por lo general gestionados con innovadoras tecnologías, como puede ser Hadoop. De este modo, será posible obtener información útil gracias a procesos de integración que permiten realizar cruces de datos que arrojen resultados sintéticos gracias a datos agregados (cuadros de mandos, informes, gráficos, etc.), a partir de los que tomar decisiones informadas.
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En estos casos, el plan de gestión de datos debe ser flexible y aplicar un concepto de integración que aúne los datos de forma global y planificada, para así poder conservarla, garantizar su seguridad y sacar valor de ella con el objetivo de alimentar la inteligencia de negocio en distintos sentidos.
¿Cuán inteligente es tu negocio? ¿Qué lugar ocupan los datos?