La nube está ayudando a las organizaciones a conectar personas, datos y procesos en la adopción de nuevas tecnologías. Para lograr resultados estas iniciativas los líderes de negocio están procurando que IT y el negocio trabajen de la mano creando valor para sus clientes.
Es por eso que hoy en día las empresas o ya están en la nube o lo están considerando. Y en esta estrategia, las aplicaciones en la nube tienen un rol fundamental en el ahorro de costos y en la posibilidad de innovar y crecer de forma ágil y flexible.
En un futuro próximo, las aplicaciones corporativas experimentarán una transformación significativa hacia arquitecturas sumamente ágiles. Se estima que el 80% del desarrollo de estas aplicaciones se llevará a cabo en plataformas en la nube (PaaS), empleando microservicios y aprovechando diversas funcionalidades ofrecidas por la nube. Además, se espera que más del 95% de los nuevos microservicios sean desplegados en contenedores, evidenciando así la creciente adopción de esta tecnología.
Fuente: IDC
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Las grandes empresas tienen cientos de usuarios y aplicaciones a los que deben dar soporte. Se trata de una tarea desalentadora y, por ello, muchas de ellas intentan evitar el costo y el dolor de cabeza de adquirir hardware y software para su propio centro de datos y ven esto como el principal beneficio de utilizar aplicaciones en la nube.
Estas reducciones de costos que mencionamos anteriormente, liberan capital para invertir en innovación y crecimiento. Pero, ¿cómo pueden las aplicaciones en la nube ayudar a las empresas ahorrar costos? La respuesta es una combinación de recursos distribuidos, flexibilidad, simplificación de procesos internos y mayor resiliencia frente a la pérdida de datos.
Más allá del ahorro en costos
El poder de las infraestructuras virtualizadas conlleva muchas ventajas aparte de la más conocida, la relacionada con el ahorro en costos. Los proveedores de servicios y aplicaciones en la nube permiten que, gracias a su configuración particular, los costos se distribuyan entre todos los clientes. De esta forma, cada organización paga por los recursos que realmente utiliza, ni más ni menos. Además, cuando se requiere reducir el número de recursos, es posible practicar estos ajustes en cuestión de minutos, proporcionando una reducción significativa en los costos de capital para la infraestructura de TI. Lo mismo si se desea ampliar la prestación en cualquier momento durante la vigencia del contrato.
3 razones para elegir la nube
La mayoría de las empresas de cloud modernos ofrecen una nube pública virtualizada para sus clientes. Estas configuraciones garantizan tres beneficios:
- Optimizan la eficiencia: uno de sus puntos fuertes es que hacen un uso realmente eficiente del hardware disponible del proveedor de servicios en la nube. Las aplicaciones en la nube, a diferencia de opciones más tradicionales, realizan una compartimentación de un equipo físico para convertirlo en varios virtuales, permitiendo una división mucho más eficiente de los recursos que supera las limitaciones propias de alternativas clásicas.
- Restan complejidad a la gestión: si bien cada proveedor de aplicaciones en la nube podrá garantizar este beneficio en mayor o menor medida, lo que es común a todos es su capacidad para permitir una gestión más fácil y asequible. Esto es posible dado que asumen aspectos clave del mantenimiento de la infraestructura, liberando a los profesionales del área técnica de la organización de tareas que consumen mucho tiempo. De esta forma, los miembros del departamento de IT pueden centrarse en impulsar la innovación para ayudar a aumentar los ingresos.
- Mejoran las capacidades de recuperación de desastres informáticos: la preocupación por la pérdida de datos no es nada nuevo y, a este respecto, las aplicaciones en la nube suponen una fuente de tranquilidad. Pese a que existen causas muy distintas por las que una organización puede perder la capacidad de acceder a sus datos (cortes de energía, fallos en la red o errores humanos, entre otros) tener la recuperación de desastres basada en aplicaciones en la nube como servicio (DRaaS) es la mejor forma de minimizar la interrupción de las operaciones que potencialmente puede producirse después de un desastre.
La nube es sinónimo de escalabilidad, flexibilidad e innovación. Cada vez más empresas se vuelcan a entornos cloud porque además de ahorrar costos pueden escalar sus negocios, garantizar una gestión de datos eficaz y crear valor para sus clientes. ¿Cómo está tu empresa adoptando la infraestructura virtual?
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