Uno de los principales beneficios de la nube es que hace más eficiente la gestión de datos, no sólo en un sentido operativo, sino económico. Y al optimizar el uso de recursos, se logra ahorrar también en la cantidad de equipamiento disponible y en el uso energético al servicio del manejo de la información. A continuación analizaremos cómo y de qué manera impacta en el medio ambiente.
Para empezar con un dato sumamente claro que ejemplifica de qué manera colabora el cloud computing en la estrategia medioambiental global, debemos señalar el ahorro en estructura de servidores que la nube hace posible: es decir, menos equipamiento, más y mejor aprovechado.
Las principales ganancias de la computación en la nube provienen de la consolidación. Muchas empresas tienen servidores y hardware informático que a menudo son ineficientes y subutilizados, absorbiendo electricidad mientras están inactivos. La agrupación de estos recursos en una ubicación central significa que las empresas pueden comprar eficazmente potencia informática a granel y los servidores pueden dedicar más tiempo a realizar el trabajo real por unidad de procesamiento, lo que reduce la necesidad general de más computadoras.
Las grandes empresas estadounidenses que utilizan la nube llegaron a ahorrar hasta $12,3 mil milllones en costos de energía y 85,7 millones de toneladas métricas de emisiones de CO2 anualmente.
Fuente: Carbon Disciosure Project (CDP)
|
La búsqueda de crecimiento constante y la necesidad de escalabilidad, junto con los avances en cuestiones relacionadas a refrigeración de dispositivos y otras nuevas tecnologías, son algunas de las principales razones por las que el consumo de energía de los nuevos centros de datos creció sustancialmente. Quedó en evidencia que utilizar la nube es una de las estrategias más viables si queremos eficientizar recursos. Además, se cree que los centros de datos no terminarán consumiendo significativamente más energía, porque serán capaces de implementar cada vez más controles para autocorregirse utilizando la inteligencia artificial que ellos mismos ofrecen.
Está claro que los proveedores de este tipo de tecnologías también deben asumir su responsabilidad respecto a la huella de carbono que genera su actividad y tomar las medidas correspondientes. Por eso resulta interesante conocer cómo se alimentan algunos de los centros de datos más grandes del mundo, para poder determinar la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) de los principales actores involucrados y elegir opciones de energía limpia para alimentar nuestros centros de datos.
Por ejemplo, el líder global Apple se comprometió a impulsar su iCloud exclusivamente a través de energías renovables y desde 2017 Google a nivel global viene impulsando una serie de cambios para convertirse en la primera empresa de tecnología equipada 100% con electricidad de energía sustentable. Además, en 2019 anunció la compra corporativa de energía renovable más grande en la historia, compuesta por un paquete de acuerdos por 1.600 megawatts. Esta es una tendencia que va expandiéndose en cascada y es deseable que todas las grandes empresas se hagan eco también y adopten esta mirada medioambiental en sus operaciones.
Tarde o temprano las empresas deberán sumarse a las medidas preventivas contra el cambio climático y observar lo que hacen las compañías más grandes es una manera de advertir tendencias y ver también qué se puede implementar puertas adentro, cada vez que se pueda.
La recomendación para todo tipo de empresa es comenzar por hacer un relevamiento acerca de sus consumos energéticos y de ahí comenzar a transitar el proceso de migración que sea necesario para escalar cualitativamente en el manejo “verde” de los datos.
Tal vez te interese leer:
La modernización de la gestión de datos: en la Nube, inteligente y automatizada
Tanto el almacenamiento en la nube como el cambio climático llegaron para quedarse, debemos estar atentos e informados.
La matriz de energías renovables a nivel global está en desarrollo y si bien creció exponencialmente en los últimos años, tiene todavía grandes desafíos por superar.
Conocer algunos números globales nos ayuda a tener perspectiva del uso que hacemos de la tecnología y su impacto todos los días:
Datos para tener en cuenta
- El uso de PC se cuadruplicó entre 2007 y 2020 llegando a 4 mil millones de dispositivos. También durante ese período las emisiones se duplicaron a nivel mundial.
- Las computadoras portátiles son las principales fuente de emisiones globales de TIC (22%).
- Los teléfonos móviles llegaron a 7 mil millones y la adopción de banda ancha alcanzó casi 900 millones, con emisiones que se duplicaron en toda la infraestructura de telecomunicaciones.
Reducir y eficientizar estos aspectos parecen ser las dos claves que harán posible un futuro con menor impacto medioambiental. No se trata de generar acciones aisladas sino de trabajar con un plan de responsabilidad integrador, que incluya a proveedores y aliados en el manejo del Big Data. Y es aquí donde el almacenamiento en la nube parece ser un buen punto de partida.
¿Están tú y tu organización listos? No hay tiempo que perder.