Aclarando conceptos: IaaS vs PaaS

Veamos las claves y aclaremos los conceptos de IaaS vs IaaS. Ambos constituyen los bloques de construcción de la informática moderna, y aunque tienen ciertos elementos en común, se trata de sistemas muy diferenciados.


El cloud computing es el concepto que ha modificado el modelo de negocio de las empresas. Está enfocado sobre todo al almacenamiento y acceso a la información, a la comunicación entre ordenadores y a proveer servicios y desarrollo de aplicaciones. Todo en una plataforma: la nube.

Pero antes de dar el salto a la tecnología cloud es importante saber cómo funcionan sus servicios y qué tipos existen, es decir, es necesario concretar de qué manera vamos a dar el salto a la nube. Actualmente, en el mercado están disponibles estas formas de integración: Infraestructure as a Service o IaaS y Platform as a Service o PaaS.

Ambos son los acrónimos que constituyen los bloques de construcción de la informática moderna, y aunque tienen ciertos elementos en común, se trata de sistemas muy diferenciados, cada uno con sus prestaciones y aplicaciones. Veamos las claves y aclaremos los conceptos de IaaS vs IaaS.

 

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IaaS: Infraestructura como servicio

Ofrece el acceso a una serie de recursos informáticos en entornos virtualizados. Su definición abarca varios elementos esenciales, como el espacio en servidores virtuales, conexiones de red, ancho de banda o direcciones IP.

Todos los recursos de hardware disponibles están almacenados en los servidores virtuales y de su mantenimiento se encarga el proveedor de servicios cloud. Por ello, la empresa tiene acceso a todos los recursos sin tener que preocuparse de nada más.

Por lo tanto, en lugar de tener que realizar inversiones en activos como licencias de software o servidores, las compañías pueden alquilar recursos de forma flexible de acuerdo con sus necesidades y solo pagar por lo que usan.

Las aplicaciones empresariales con IaaS más habituales son:

  • Hospedaje de sitios web. Ejecutar sitios web con esta infraestructura es más económico que hacerlo en hospedajes tradicionales.

  • Almacenamiento, backup y recuperación de datos. Las empresas evitan la inversión inicial necesaria para crear una infraestructura de almacenamiento y limitan la complejidad de su administración. También se simplifica al máximo la gestión de copias de seguridad y de recuperación ante desastres, ya que el sistema lo hace de forma automatizada y muy eficaz. 
     
  • Aplicaciones y recursos. IaaS proporciona toda la infraestructura necesaria para sustentar aplicaciones web, como almacenamiento, servidores web y de aplicaciones, y recursos de red. Las organizaciones pueden implementar aplicaciones web con rapidez en IaaS, así como escalar o reducir verticalmente la infraestructura, sin dificultad, cuando la demanda de las aplicaciones sea impredecible.

PaaS: Plataforma como servicio

Conocida también con en nombre de “plataforma de integración cloud”, esta infraestructura proporciona un entorno que permiten a los desarrolladores crear aplicaciones y servicios que funcionen a través de internet. El software se aloja en la nube y las empresas acceder a él a través de su navegador web.

Este tipo de servicio suele incluir funcionalidades preconfiguradas y los usuarios pueden elegir o descartar las funciones que den respuesta a sus necesidades. Por ello, las aplicaciones van desde entornos muy sencillos que no requieren ningún tipo de conocimiento o instalación especial, hasta opciones de desarrollo muy avanzado.

Las principales características de iPaaS se pueden resumir en:

  • Funciones de gestión de información sobre clientes potenciales: registran la información y la integran rápidamente a un CMS o una plataforma de automatización.

  • Intercambios de datos B2B para flujos de datos seguros entre redes asociadas: acelera el proceso de incorporación de clientes y socios.

  • Productos de integración: permiten a los clientes gestionar las tareas de sincronización y migración de datos directas.

En resumen, estas aportaciones persiguen un objetivo esencial: romper con los entornos tradicionales, basados en el aislamiento de aplicaciones y datos, para hacer realidad una infraestructura basada en la integración de nuevos procesos en tiempo real.

 

 

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IaaS vs PaaS: ventajas de cada una de las infraestructuras

Lo que tienen en común es que son servicios online, que funcionan en la nube y trabajan en base al pago por uso. Su mantenimiento y asistencia técnica quedan a cargo del proveedor, lo que vuelve este tipo de servicio la mejor opción para las empresas que quieren reducir sus costes, mejorar la comunicación y aumentar su productividad.

Los principales beneficios de IaaS son las siguientes:

  • Reducción del gasto inicial y de los costes generales:  IaaS evita tener que realizar una inversión para configurar y administrar un centro de datos local, por lo que es una buena alternativa para empresas de reciente creación o con necesidades muy concretas.

  • Optimización de la continuidad empresarial y mejora de la recuperación ante desastres. Para lograr una infraestructura de alta disponibilidad, con opciones avanzadas de backup y de recuperación de datos, se necesita un importante despliegue humano y técnico. Sin embargo, este servicio en la nube reduce en gran medida estas necesidades y permite el acceso en tiempo real a las aplicaciones e información durante un posible fallo o apagón.

  • Escalabilidad máxima y rápida: es posible tener lista esta infraestructura en tiempo récord. Además, es posible escalar los recursos con rapidez para adaptarlos a las necesidades de cada empresa: aumentarlos en temporadas de picos de trabajo y reducirlos cuando la demanda de servicios empresariales disminuya.

Por su parte, las ventajas de PaaS se resumen así:

  • Conectividad: combina todas las aplicaciones tecnológicas actuales en cualquiera de sus formatos (bases de datos, protocolos, archivos de texto, etc.)

  • Integración: da la posibilidad de unificar soluciones y datos que provienen tanto de fuera como de dentro de la organización, así como de entornos virtuales y locales.

  • Versatilidad: esta infraestructura es capaz de soportar todo tipo de patrón de integración, usuarios y datos.

  • Agilidad en su implementación: se elimina la necesidad de llevar a cabo instalaciones de nuevo software o aplicaciones y no es necesaria la adquisición de equipos ni servidores.

  • Reducción de costes e inversión: en comparación con la creación de un sistema de integración local, los recursos económicos necesarios para desarrollar esta plataforma en la nube son mucho menores.

 

 

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Teniendo claro que ambas opciones ofrecen interesantes ventajas para las empresas, y de hecho, algunos puntos son comunes en ambas, la decisión de optar por una u otra debe estar basada en el análisis de las necesidades reales de cada negocio.

 

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