“Lo esencial es invisible a los ojos” escribió el francés Antoine de Saint-Exupéry y la idea es tan potente que consigue incluso definir ámbitos muy alejados de los que aparecen en El Principito.
De hecho, si pensamos en toda la infraestructura de una organización, tanto a nivel interno como externo, conseguir que lo esencial sea “invisible a los ojos” es un verdadero desafío en la transformación digital que la mayoría de las empresas tiene por delante. ¿Cómo conseguir automatizar los procesos de trabajo de forma integral e imperceptible?
Aliados intangibles que mejoran el rendimiento
Así como la cultura empresarial basada en datos y la inteligencia artificial, entre las tendencias tecnológicas de 2022 están la analítica de datos y los procesos automatizados. Todos esos elementos deben utilizarse de manera sinérgica para conseguir empoderar a las organizaciones y dar paso a mejores decisiones de negocio.
Por eso, la sinergia debe ser tan perfecta como invisible. Se trata de que la analítica de datos se vuelva más veloz, más visual y accesible para todos en cualquier dispositivo; una verdadera democratización de datos necesita una gestión de datos inteligente.
¿Por qué? No basta con que los usuarios puedan acceder a los datos sino que esa información adquiera relevancia para cada equipo de trabajo y les permita tomar mejores decisiones logrando una visión 360 del negocio. La analítica es la tecnología que puede hacer eso posible, siempre y cuando actúe de forma invisible, sin entorpecer los flujos de trabajo.
Un ecosistema de datos compartidos
Así, los datos e insights deben transformarse en experiencias relevantes para quienes los utilizan y en el momento exacto en que las necesitan. El objetivo de la analítica de datos es ayudar a que todos dentro de una empresa se vuelvan más inteligentes.
En ese sentido, los líderes empresariales tienen mucho que aprender de las empresas enfocadas en los consumidores: existen allí múltiples ejemplos de cómo la analítica se vuelve invisible. Las personas se benefician cotidianamente -y sin darse cuenta- del uso que las organizaciones hacen de los datos, especialmente a través de las aplicaciones.
Sin embargo, extraer datos a nivel organizativo no es tan sencillo ni “invisible”. En la mayoría de los casos, la información llega a empleados y colaboradores a través de dashboards que son difíciles de decodificar. Y eso quita eficiencia a los flujos de trabajo.
Por eso, los responsables de las organizaciones deben enfocarse en lograr que la analítica de datos se traduzca en personalización y dinamismo: eso les permitirá a los usuarios obtener las respuestas que necesitan directamente sin tener que pensar en analizar datos.
Tal vez te interese leer:
Tendencias 2022: small data y edge computing
Un modelo eficiente y escalable
Los datos que hasta hace un tiempo se manejaban de forma aislada a la inteligencia de negocio (BI), se han convertido en protagonistas y se volverán incluso más importantes en 2022. De hecho, la pandemia de Covid-19 obligó a casi todas las empresas a abrazar la transformación digital “de la noche a la mañana”. Y el trabajo remoto hace que aumente la cantidad de personas en línea que utilizan diferentes herramientas en diferentes lugares.
Por eso, el futuro de la analítica pasa por brindar inteligencia a cualquier persona, independientemente del puesto que ocupa o sus habilidades técnicas, en el momento en que la necesita y sin interrupciones. En ese sentido, muchas organizaciones en todo el mundo ya maximizan el uso de aplicaciones empresariales que les permiten a los empleados trabajar eficientemente desde sus casas.
Y en ese proceso de mejora en la toma de decisiones, existen tres niveles a explorar:
-
Analítica predictiva: el análisis predictivo lleva la transformación un paso más allá al proporcionar inteligencia procesable que pronostica los resultados probables.
-
Analítica prescriptiva: se ubica como el uso más avanzado de analítica de datos, ya que recomienda acciones ideales para alcanzar los resultados deseados.
Las tres son igualmente importantes -de hecho, la analítica prescriptiva toma datos de las analíticas descriptiva y predictiva para sus modelos- pero, a medida que la inteligencia artificial (AI) y la analítica embebida se integran de forma armónica a toda la estructura empresarial, los usuarios finales no necesitan saber si es la analítica descriptiva, predictiva o prescriptiva la que alimenta los insights.
Por lo tanto, uno de los mayores desafíos del año que comienza está en lograr que la gestión y el análisis de los datos se integren al flujo natural de trabajo de las personas, a través de un ambiente digital único, sin fricciones. Y que de esta forma toda la organización se convierta en inteligente sin casi percibirlo.
Las compañías que más crecen en el mundo (teniendo en cuenta el valor agregado bruto) invierten 2,6 veces más en activos intangibles (como tecnología y software) que las empresas de bajo crecimiento.
Fuente: McKinsey
|
¿Está tu negocio listo para convertirse en inteligente con analítica invisible?