Cuando una compañía cambia el ‘chip’ y se transforma en una empresa data-driven, pasa de considerar los datos como un simple elemento más de la cuestión tecnológica, a tomarlos globalmente como un activo clave de la organización. Desde esta perspectiva, y con una vista 360 del negocio, se pueden identificar las diversas cuestiones que deben tenerse en consideración para el diseño de una estrategia de datos, incluido el planeamiento de cómo gestionarlos a mediano y largo plazo en un escenario de transformación digital.
Hoy en día se reconoce el valor de los datos, lo que no significa que en todas las compañías exista un plan preciso para saber cómo capturarlos, compartirlos, gestionarlos y sacarles provecho. Un problema muy común, es que diversos proyectos de una organización necesitan utilizar los mismos datos con fines diferentes, pero se superponen tareas y, así, se desperdician tiempo y recursos. En ocasiones, incluso, se multiplican las formas de capturar la información, y no hay intercambio de datos entre áreas, ni reutilización, ni una economía de escala para simplificar o reducir el costo del trabajo con datos.
Es más, es muy común acceder a los mismos datos desde diversas aplicaciones o encontrar que hay campos que moldean diferentes formatos, lo cual suele ocasionar inconsistencias, cuando no errores. Todo esto es resultado de que no haya definida una estrategia para la comunicación, la colaboración y el compartir la gestión de datos entre diferentes proyectos y sistemas.
¿Entonces, qué hacer?
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El 72% de las compañías en Latinoamérica carecen de una cultura data-driven. Sólo el 41% tiene planes de data management para este año. Fuente: IDC |
Es esencial que toda la organización, especialmente la gerencia y el área de TI, aplique criterios conocidos como el uso de estándares, la colaboración y la reutilización de recursos, al universo de los datos. Que las ideas acerca de la arquitectura de sistemas, las parametrizaciones y las metodologías, la definición de procesos y la medición de resultados se tengan en cuenta también al pensar en el manejo de datos.
Desarrollar una estrategia de datos, desde una perspectiva data-first, implica integrar en una visión global iniciativas vinculadas a ‘metadata’, gestión de datos maestros, gobernanza de datos, migración, modernización e integración de datos, cualificación de datos, etc..
Básicamente, se trata de armar un plan que incluya pautas claras para identificar, almacenar, procesar, utilizar y gobernar los datos. Esto se hace particularmente crítico en entornos multi-cloud y con equipos de trabajo híbridos, pero aplica a todo entorno empresario, cualquiera sea su arquitectura tecnológica.
La era digital y data-first abre enormes oportunidades para todas las organizaciones, y para capitalizarlas es imprescindible gestionar los datos de forma adecuada, en todos los niveles operativos y jerárquicos. Por supuesto que cada compañía tiene una combinación particular de habilidades, como así también sus propias fortalezas y debilidades a considerar. Del cruce entre el diagnóstico inicial y los objetivos que se planteen, saldrá el mejor diseño de la estrategia de datos en un escenario esencialmente digital. La misma será una hoja de ruta para atender a las necesidades de gestión de datos existentes y futuras acorde a los objetivos del negocio.