Desde que se han asentado las nuevas tecnologías cada vez son más los sectores que han apostado por ellas, y uno en los que están cobrando mayor protagonismo es el bancario. Nos estamos refiriendo a la utilización de la nube por parte de las entidades bancarias para ofrecer sus servicios. En este sentido, hay que tener en cuenta que la nube, por el momento, se utiliza en mayor medida para proporcionar servicios básicos, como pueden ser por ejemplo el acceso a una dirección de correo electrónico o el análisis de los clientes, entre otras cosas. Así mismo, debido a la importancia que está cobrando la nube, los bancos están apostando fuerte por hacer uso de esta plataforma para ofrecer otros servicios no tan esenciales.
Para que nos hagamos una idea de la gran relevancia que tiene el entorno cloud en el sector, uno de los últimos informes que se llevaron a cabo reveló que casi el 90% de las entidades financieras que operan dentro del marco de la Unión Europea estaban utilizando servicios en la nube. Con este dato se hace notar el crecimiento que ha experimentado la tecnología en el sector desde que se utilizarán por primera vez los ordenadores en la década de los años 50. Los bancos están a la vanguardia tecnológica aprovechando en todo momento los últimos avances.
La nube hace que las entidades bancarias puedan ofrecer un servicio de banca online innovador, flexible, cómodo y seguro. La forma de aplicarla se puede resumir en dos tipos de nube principales: SaaS PaaS, dado que el servicio IaaS (la Infraestructura como Servicio) no tiene tanta presencia en este sentido.
SaaS: sus siglas corresponden al concepto de Software como Servicio y lo que permite es que podamos utilizar aplicaciones que vienen de parte de un proveedor, teniendo como base una infraestructura de nube. En este caso, el usuario no puede gestionar estas aplicaciones.
PaaS: Plataforma como Servicio. Aquí los usuarios sí tienen control, ofreciendo además la posibilidad de instalar sus propias aplicaciones en la nube.
En el caso del sector bancario, el SaaS es el servicio más utilizado y se espera que en poco tiempo casi el 60% de las entidades lo utilicen. Supera a las otras opciones de forma significativa, siendo cada vez más los bancos que utilizan este sistema para ofrecer servicios que no son tan básicos, como por ejemplo la gestión de la facturación, el control de recursos humanos o hasta la creación de las nóminas.
Dentro de este contexto hay que tener en cuenta que existen cuatro modelos de implementación: nube privada, nube comunitaria, nube pública y nube híbrida. La nube privada es la que suelen utilizar más las entidades bancarias, puesto que son las que ofrecen mayor seguridad. Aunque en ocasiones también se decantan por las híbridas, que incluyen parte de las privadas y otra parte de las públicas. La nube pública en este caso se refiere a un cloud que pueden utilizar muchos usuarios sin necesidad de que tengan intereses comunes. Algunos de los grandes proveedores en este sentido son Google o Microsoft. Por su parte, la nube comunitaria es parecida a la pública, pero los usuarios sí que tienen intereses en común o alguna relación previa que les hace formar parte del mismo grupo.
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Son múltiples, pero para los bancos esta tecnología es muy atractiva por su flexibilidad, ahorro de recursos y posibilidades. Las herramientas que proporciona son variadas y elevan el rendimiento de las entidades de manera significativa sin que la inversión tenga que ser extrema. La nube es flexible y ofrece escalabilidad, a la par que se trata de un método muy seguro que permite que las entidades puedan centrarse en desarrollar otros servicios y productos mejorados.