Muchas organizaciones no cuentan con estrategias y herramientas efectivas para aprovechar el metadata. Y eso es un error que provoca que más de la mitad de los datos estructurados de una organización no estén siendo utilizados para mejorar la toma de decisiones y que el 99% de los datos no estructurados no se esté utilizando para nada en absoluto.
El metadata no es nuevo, pero a medida que los volúmenes y las variedades de datos han crecido, se ha vuelto más importante.
Para muchos, el metadata es la pieza clave del reino de los datos. Le dice a los usuarios qué datos existen, qué significan, de dónde provienen y si son precisos o no. El metadata permite comprender cómo y dónde es posible acceder a los datos y cómo información de diferentes tipos y procedencias dispares puede trabajar de forma conjunta.
Sin embargo, a medida que su aprovechamiento se normaliza, se extiende una inquietud que preocupa a los responsables de la gestión de la información: ¿podrían las soluciones de metadatos patentadas bloquear las claves de los datos?
Dado el surgimiento de lagos de datos, el auge del análisis en autoservicio y la expansión de las plataformas de código abierto y en la nube, los metadatos se vuelven aún más necesarios para manejar el aumento en la variedad y el volumen de los conjuntos de datos; pero, a medida que crece su valor, también aumenta la preocupación sobre su uso, puesto que la información es esencial para una organización analítica bien gobernada. ¿Conviene más optar por su uso defensivo, protegiendo los procesos de negocio, o usarlos como ataque, empleándolos para innovar?
Lo cierto es que no es preciso elegir. Se pueden aprovechar los beneficios de ambas aplicaciones del metadata, tan solo hace falta definir una estrategia equilibrada, como la que se basa en los siguientes principios:
La selección y despliegue de soluciones de metadata ya no tendrá secretos para ti. Y, si te surgen nuevas dudas, recuerda que estamos a tu disposición para resolverlas.
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