La clave para mejorar los servicios y potenciar el ciclo de vida de cada cliente es contar con herramientas precisas que nos permitan recopilar datos, mantenerlos actualizados y utilizarlos para tomar decisiones en tiempo real. Con datos correctos, completos y actualizados podemos lograr una visión integral y estratégica de nuestro negocio.
Con un adecuado trabajo de CRM es posible conocer concretamente qué compran nuestros clientes, por qué lo hacen, cuándo, con qué medios de pago, si están o no satisfechos con sus compras y muchos otros comportamientos más ligados a sus consumos. Toda esta información es un recurso incomparable a la hora de ajustar procesos y experiencias de cara a nuestros clientes y crear estrategias de fidelización sobre la base de situaciones reales. Lo que significa, en suma, un gran paso en la mejora de la gestión de relaciones con el cliente y una ganancia en efectividad y productividad que nos permite asegurarnos de que la información sea fácilmente rastreada y administrada, en especial si está integrada con una solución de Master Data Management efectiva.
La estrategia de administración de datos correcta ofrecerá cobertura al negocio desde la integración de la aplicación hasta la de duplicación y la estandarización de los datos o la gestión de múltiples jerarquías complejas.
Una visión integral del cliente o vista customer 360 arroja luz sobre las cuatro etapas del ciclo de vida del servicio al cliente para que, en base a los datos recopilados, podamos extraer todo el valor del conocimiento que nos permitirá mantener la lealtad de los clientes.
Desde el momento en que un prospecto comienza a buscar información online acerca de un producto o servicio para cubrir sus necesidades, la empresa debe empezar a registrar los datos que permitirán conocer mejor sus hábitos, preferencias y necesidades. Así, con un trabajo constante de recogida de información en los diferentes puntos de contacto, se irá forjando la visión integral que todo negocio necesita para funcionar estratégicamente y que no termina cuando se produce la venta, sino que continúa una vez ésta se fue cerrada, para conducir a la empresa al aprovechamiento de oportunidades futuras.
Las etapas que deben quedar reflejadas en la información que ayuda a documentar el ciclo de vida de cada consumidor para permitir a la empresa obtener una visión integral del cliente son:
Tal vez te interese leer:
Prácticas MDM para la privacidad y protección de datos personales
Como vemos, la construcción de una visión integral del cliente siempre mira hacia el futuro. Anticiparse es la clave, podemos estar hablando de una renovación o de ventas adicionales inducidas por up selling o cross selling , fruto de la aplicación de estrategias acertadas, pero también podemos plantarnos en un escenario muy distinto y nada deseable, el de las quejas, las devoluciones o el abandono de clientes.
Siempre debemos tener presentes las estrategias necesarias de retención y fidelización de clientes, y, para lograrlo, es preciso comprender y tener acceso a los datos durante cada una de las cuatro etapas que acabamos de describir. Los riesgos de tomar decisiones de negocio sin información son altos y las investigaciones demuestran que la gran mayoría de los clientes insatisfechos no volverán a hacer negocios nuevamente con una empresa que les defrauda.
Por eso trabajar por adquirir una visión integral del cliente es también minimiza estos riesgos y, al mismo tiempo, facilita la tarea de obtener ingresos adicionales de los clientes existentes. Parte del proceso de retención consiste en asegurarse de tener una vista completa y única cada uno de los perfiles de clientes que tenga nuestra empresa. Esto le permite a todo el equipo corporativo (ya sea de compras, ventas o servicio al cliente y tantos otros) pasar menos tiempo buscando información y más tiempo planificando la mejor estrategia de cierre o entregando un servicio a la altura de las expectativas.