Las áreas de recursos humanos, financiera o los bienes inmuebles son, junto con la gestión de datos, activos de gran valor a nivel corporativo, lógicamente, siempre que se les sepa sacar todo el partido mediante una administración adecuada. Por lo tanto, es imprescindible cuidar estos elementos aplicando un enfoque profesional que nos garantice un aprovechamiento óptimo en función de las características del negocio, y siempre contemplados como elementos estratégicos de la empresa.
Cuando los objetivos del negocio se están cumpliendo, entonces quizá podríamos considerar esa buena marcha como una señal positiva, la demostración de que las infraestructuras de la empresa, sus principales elementos, están siendo bien administradas.
Aún así, también es cierto que en estos casos los objetivos podrían ser más ambiciosos y seguir alcanzándose con una gestión óptima que sumara sinergias, para así llegar a un objetivo mayor. En este aspecto, la gestión de datos puede orientar el rumbo empresarial mediante una analítica de la información.
Básicamente, aunque las peculiaridades de cada negocio pudieran determinar más variantes, puede afirmarse que los 4 recursos críticos de una organización son los siguientes:
Al igual que los otros tres recursos críticos, los datos deben ser manejados adecuadamente por el bien de la organización, lo que significa que han de ser:
La gestión de datos, por último, está directamente relacionada con el cumplimiento de metas y objetivos de la empresa de todo tipo. Una adecuado tratamiento de los datos, en la que se invierta lo necesario para lograr resultados óptimos será una herramienta de gran valor para mejorar tanto los procesos operativos empresariales como las decisiones estratégicas.
Podríamos decir que algunas plataformas de gestión de datos como un CRM muchas veces son simplemente contenedores. Los que en realidad son un verdadero tesoro son los datos que estos sistemas contienen. De ahí que las empresas de pensamiento más avanzado se centren cada vez más en la mejora de la calidad de los datos. Sin un enfoque persistente en la gestión de la calidad de los datos, el marketing, las ventas, el análisis de gestión y la toma de decisiones están condenados a un bajo rendimiento sin una oportunidad razonable de excelencia operacional.
Algunos de los principales beneficios de una gestión de calidad de datos son:
Extraer valor de los datos equivale a encontrar las respuestas que buscábamos y también a poder plantear nuevas preguntas que hagan luz sobre las áreas de mayor incertidumbre o, en todo caso, que nos ayuden a tomar las mejores decisiones a la empresa, pero para ello necesitamos datos de buena calidad.
Por último, aprovechar el nuevo sistema tecnológico que posibilita el análisis de big data hará una gran diferencia en la forma de gestionar la empresa. En este caso, la gestión de datos masivos nos ayudará a encontrar el enfoque más adecuado para que el ecosistema de las infraestructuras de la empresa alcance el equilibrio necesario a la luz de la inteligencia de negocio.
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