El sector de retail se enfrenta a 5 retos basados en datosy relacionados con la cadena de suministro para pasar de la táctica a la estrategia.
El personal que gestiona la cadena de suministro es el encargado de interactuar con los proveedores, solucionando los problemas que puedan surgir. Hasta no hace mucho, sus principales responsabilidades eran el abastecimiento, la rebaja y gestión de costes y el cumplimiento de los usuarios. Sin embargo, en la actualidad se les exige un papel más estratégico, pidiéndoles habilidades para contener costes y mejorar las ventas.
La globalización, las innovaciones y el aumento de las expectativas de los clientes, que quieren conseguir el producto adecuado, cuando y donde lo necesitan, son tres de los principales catalizadores de este cambio.
Esta nueva situación implica la necesidad de datos limpios, coherentes y conectados, siendo necesario también un acceso a estos datos en el momento en que hacen falta, ya sea con la finalidad de realizar análisis o durante el transcurso de la actividad.
Retos de la cadena de suministro de retail relacionados con los datos
Los mismos impulsores del cambio en la cadena de suministro del retail plantean los mayores desafíos en relación con los datos y su gestión, que tienen que ver con:
- Globalización: el acceso de los consumidoresa ofertas de todo el mundo, desde cualquier parte y en todo momento, que es la esencia del e-commerce, pone a las organizaciones en una posición complicada. Para mantener su competitividad deben lograr reducir los costes de gestión del supply chain, pero, ¿cómo? La forma más efectiva de hacerlo es mediante la negociación con proveedores. En este proceso la información almacenada y la nueva generación, la que proviene de los históricos y los datos que se recogen de redes sociales, blogs, foros y páginas especializadas juega un papel crítico. Estos datos se hallan en sistemas separados y la integración, así como el gobierno y gestión de maestros es clave. En base a ellos es posible adquirir una visión 360º de los proveedores, que fortalece la posición en la mesa de negociaciones y, al mismo tiempo, permite optimizar la capacidad de decisión y facilita la generación de alianzas más sólidas y con una orientación al largo plazo.
- Innovación: la innovación juega a favor del consumidor y un buen ejemplo de ello son todos los avances asociados al IoT y los sensores. La tecnología GPS facilita la trazabilidad mientras que el resto de dispositivos permiten conocer la temperatura de un producto durante su transporte, las condiciones de humedad e incluso facilitan un seguimiento visual de su estado. Esta accesibilidad se entiende como una situación normalizada y, por eso, el cliente espera que su marca sea capaz de actuar con la inmediatez necesaria a la hora de tomar ciertas decisiones, como puede ser la retirada de un producto el mercado. Para ello, los responsables de la cadena de suministro deben poder conocer en tiempo real los datos sobre cada producto. A mayor trazabilidad, menor riesgo y mayor margen de acción. Más allá de tratarse de una cuestión de imagen, aunque también se debe tener en cuenta este aspecto, es un asunto relacionado con la ética del negocio y, por supuesto, también con el cumplimiento. El acceso al historial del producto y la visión sobre si recorrido deben estar siempre listos y en condiciones de ser utilizados para tomar acción.
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- Expectativas de los clientes: la sofisticación de los consumidores les impulsa a invertir más tiempo en la investigación previa a la compra. Buscan más datos, comparan más fuentes y se basan en internet, a la vez que mantienen sus viejos hábitos visitando establecimientos o acudiendo a ferias comerciales. Contactar con el cliente en el momento adecuado y con la información precisa es una cuestión de análisis. Poder estudiar su comportamiento para averiguar en qué fase del ciclo de compra se encuentra y cuáles son sus necesidades es un desafío cuya resolución se reduce a datos. Pero, si bien esta información en crudo no aportaría valor ni permitiría lanzarse las preguntas adecuadas; el conocimiento accionable que brindan las herramientas adecuadas sí que facilita esta labor. La omnicanalidad como estrategia que asegura la coherencia entre los diferentes canales, combinada con el empoderamiento de los usuarios de negocio (autoservicio de BI) son las armas de que dispone el retail para seguir mejorando su posicionamiento en el mercado al favorecer el alcance de nuevos segmentos y aumentar la satisfacción de sus clientes, impulsando su lealtad.
- Regulación: las normas que regulan el mercado no son homogéneas y ello complica la efectividad en el cumplimiento. Para el retail, éste es un importante desafío puesto que, no sólo se trata de evitar multas y sanciones, sino que hay más en juego. La fiabilidad de la marca, y el prestigio y reputación del negocio podrían verse afectados si, en algún punto de la cadena, esta capacidad de alinearse con lo que los ordenamientos jurídicos disponen se debilita. ¿Qué pasaría si un proveedor no observa determinadas reglas? ¿Cómo se afrontaría un incumplimiento en materia de seguridad y salud laboral en un almacén remoto? El acceso a los datos, siempre que se trate de información exacta, de calidad y actualizada es la única manera de poder minimizar el riesgo.
- Dinamismo: la agilidad de la cadena permitirá al negocio reaccionar de forma adecuada y puntual ante los cambios. Para ello, el retail necesita nutrirse de información completa, integrada y de calidad. Son los datos los que reducen la incertidumbre y permiten realizar una gestión más eficaz. La volatilidad, las relaciones con proveedores, la administración de los diferentes canales de distribución y venta, todo ello requiere de flexibilidad y ésta, a su vez, del acceso a datos coherentes, limpios y conectados de extremo a extremo de supply chain.
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Se trata de desafíos importantes para los que muchas organizaciones ya están preparadas. Son las que van en cabeza, los líderes de cada sector que entienden la importancia del gobierno de la información y la gestión de datos maestros, saben gestionar sus capacidades analíticas para explotar el valor de los grandes datos; se esfuerzan por lograr una visión integral de sus operaciones y procesos e invierten los recursos necesarios en asegurar la calidad de datos y trabajar por la verificación de la información.