Los indicadores de calidad utilizados para monitorizar la calidad de los datos tienen el potencial de convertirse en unos importantes indicadores de rendimiento de la empresa.
La mala calidad de los datos afecta tanto a las actividades operacionales como a las iniciativas estratégicas y el proceso utilizado para evaluar el impacto empresarial y justificar una mejora de la calidad de los datos puede utilizarse a su vez para supervisar la gestión continua de la calidad de los datos. Al relacionar el impacto en el negocio con los indicadores de calidad de datos, la empresa puede emplear estos indicadores de calidad tanto para conseguir una medida de referencia como para monitorizar continuamente el rendimiento de la calidad de los datos.
Tal vez te interese leer:
Master Data Management para mejorar KPIs y ratios de venta
¿Cómo es posible cuantificar el rendimiento de la calidad de datos en una organización? ¿Cuáles son las métricas que permiten esta visión? La elección de indicadores de calidad relevantes y asociados con dimensiones de calidad de datos bien definidas permitirá conocer el progreso de la compañía a este respecto, desvelando todo lo que hace falta saber acerca de su rendimiento.
Para proceder al establecimiento de estos indicadores de calidad es preciso seguir los siguientes pasos:
De este proceso resultará la extracción de distintos indicadores de calidad de datos que facilitarán medir la conformidad general con las políticas empresariales dentro de diferentes categorías.
Y así, una vez que se ha procedido a la descomposición de problemas de datos en diversos atributos clave, se logra que sea más sencillo determinar en qué punto hay que enfocar los esfuerzos y qué medidas hay que priorizar.
En la práctica, la aplicación de los indicadores de calidad de datos podría ayudar a tener claro que la autenticación puede ser el paso donde poner el foco en un proceso de desarrollo de una solución online donde se recogerán datos sensibles de clientes, mientras que, al enfrentarse a una migración de datos, la atención debería dirigirse a la completitud de los campos de datos maestros clave.
Sin indicadores de calidad la gestión del rendimiento se complica y los esfuerzos pueden terminar canalizándose hacia actividades menos críticas. Las métricas que de ellos se obtienen no sólo se han de emplear para monitorizar el estado de la calidad de datos de la organización sino, también, para: