La arquitectura de los sistemas de datos de la empresa es, para la mayoría de usuarios, una gran desconocida pero, si no se reconoce la existencia de una arquitectura de integración, no es posible explicar cómo ésta afecta a la escalabilidad, la capacidad de soporte en tiempo real, la gestión de datos maestros, el SOA y la interoperabilidad con herramientas de calidad y data integration.
Metas de la arquitectura de integración: de la necesidad al propósito
Los datos se generan, fluyen y no dejan de moverse a lo largo de todo su ciclo de vida. Provienen de fuentes de origen muy diversas, se transforman y terminan siendo cargados en toda clase de destinos. Sucede todos los días, es normal, estamos acostumbrados ya y, por eso, las empresas han aprendido a convivir con la heterogeneidad de sus datos y son conscientes de que su gestión entraña una complejidad creciente.
La arquitectura de integración busca poner orden en un entorno donde el caos es constante y, para ello, se encarga de sentar las bases para alcanzar los siguientes objetivos:
- Inspirar a las reglas de desarrollo: de esta forma, al basarse en los patrones arquitectónicos, proporcionan una visión integral de la infraestructura y las implementaciones que, de forma progresiva, se han ido incorporando al original. Hay que entender esta meta como un apoyo a la colaboración, porque lo cierto es que, cuando se tiene la ocasión de continuar un trabajo que ya estaba en curso, es más sencillo alcanzar una mayor velocidad y trabajar de forma más ágil. Siempre que se observan las normas de desarrollo y se siguen los patrones establecidos, se consigue un mejor rendimiento y, además, se asegura una estandarización que beneficia a la organización también en el largo plazo.
- Promover la reutilización: en una organización es muy frecuente que se implementen nuevos software o se introduzcan las últimas aplicaciones o sistemas que aparecen como novedad en el mercado. La arquitectura de integración facilita que, en vez de tener que empezar de cero cada vez que da comienzo un nuevo proyecto que busca cohesionar la tecnología existente con la de nueva incorporación, se puedan aplicar las mismas normas de desarrollo. Como, tanto estas reglas, como los patrones arquitectónicos, se aplican a múltiples proyectos de integración de datos, el resultado es la simplicidad. De esta forma se fomenta la reutilización de interfaces, rutinas o tareas, entre otros; una práctica que, a su vez, aumenta la consistencia en la gestión de datos.
- Garantizar el equilibrio entre la infraestructura común y las soluciones específicas: para lograr la armonía necesaria para poder experimentar un funcionamiento óptimo del sistema a pleno rendimiento, es crucial el que los servidores de integración de datos y las interfaces que soportan, permitan la arquitectura. La arquitectura de integración debe ayudar a que la infraestructura nunca suponga una barrera a la funcionalidad.
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Los datos impulsan la innovación y el crecimiento para los negocios, pero sólo para las empresas preparadas para gestionar los datos con eficacia. Hace falta una cuidadosa planificación, una estrategia de inversión tecnológica minuciosamente diseñada y también el tener previstas las necesidades en materia de arquitectura de integración.