Hagamos un poco de memoria: ¿qué pasaba hace algunos años con el tratamiento de datos de big data? Seguramente recordarán que a muchas empresas el almacenamiento les resultaba sumamente costoso y entonces la posibilidad de trabajar con datos quedaba relegada solo a grandes compañías.
Hoy, en cambio, los costos se flexibilizaron y la disponibilidad de tecnología para procesar Big Data ya es una realidad accesible. Más todavía: con la llegada del Internet de las cosas, objetos que normalmente no estarían conectados a Internet pero que tenían potencial para obtener y procesar datos, están ahora equipados con sensores y chips que facilitan la recolección de datos. Y esa información de los dispositivos IoT se acumula en el Big Data.
Poder operar y diseñar estrategias sobre la base de información permite hacer más eficiente la toma de decisiones (basadas en inteligencia de datos), desarrollar mejores productos (que respondan a necesidades e intereses concretos de los clientes), obtener información más profunda para una mejora continua y lograr un mayor conocimiento trasversal del negocio y el mercado.
Conocer a cada persona y mejorar la experiencia del cliente hace que los datos sean grandes aliados para consolidar la tan ansiada lealtad del cliente. Esto es central en las estrategias de negocios de los últimos tiempos, especialmente desde el auge del comercio online que profundizó la pandemia, que nos permite un conocimiento profundo e inmediato de sus acciones y decisiones.
Estamos en un escenario en el que la posibilidad de obtener procesos automatizados con un análisis predictivo y prescriptivo más preciso está a nuestro alcance.
Una arquitectura estructurada en capas es la mejor forma de solucionar la complejidad que implica Big Data en cuanto al tratamiento de datos. Cada una de estas capas realiza una función particular, por lo que los datos se van canalizando en función de los requisitos del sistema de procesamiento por lotes o del sistema de procesamiento de flujo.
Para garantizar un flujo seguro de datos, la arquitectura Big Data debe, al menos, constar de las siguientes capas:
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Según la encuestadora Statista la inversión en IOT de 2020 fue de 742.000 millones USD y la cifra de dispositivos conectados prevista para 2030 será de 25.440 millones. Las bases están dadas para un cambio de paradigma sin precedentes, y es indispensable contar con una arquitectura que propicie el correcto tratamiento de datos en tu organización.
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