Desde hace años el concepto de Data Governance ha cobrado protagonismo, ya que se ha convertido en un tema de gran importancia para las empresas y organizaciones y que suscita interés, sobre todo, desde que estallara la crisis allá por el año 2008. A medida que ha ido pasando el tiempo, se ha ido introduciendo nuevas medidas para regular esta situación. Sin ir más lejos, el pasado mayo, la Unión Europea aprobaba una nueva Regulación General de Protección de Datos (RGPD). La problemática radica en que todavía hay muchas entidades que no cumplimentan bien esta norma y sin embargo, deben ponerse al día puesto que les será de gran ayuda para poder llevar a cabo un proceso de gobierno de datos mucho más efectivo.
Según comentan algunos expertos en el sector, de seguir en esta línea es más que probable que el año que viene alrededor del 90% de las grandes organizaciones cuenten en su plantilla con un director de datos. Este perfil profesional del data protection officer está cada vez está más demandado y que va a suponer el que las empresas puedan manejar y gestionar sus datos de la mejor forma posible. ¿Será la nueva protección de datos la clave para una mejor gobernabilidad de los mismos?
Aunque estamos acostumbrados a escuchar el concepto de gobierno de datos, todavía hay quienes no saben bien definirlo. Para hacernos una idea podemos decir que se trata de la forma en la que se van a estructurar todas las redes que forman parte del proceso de administración de datos y la herramienta para poder gestionarlos de forma adecuada dentro de una organización, teniendo en cuenta la responsabilidad que ello conlleva.
Para que el gobierno de datos sea eficaz y eficiente es necesario contar con un DPO, o lo que es lo mismo, un Oficial de Protección de Datos. Se trata de la figura primordial del nuevo reglamento impuesto por la Unión Europea y cuya función principal es la de evaluar si verdaderamente la organización está cumpliendo con todas las normas y utilizando las medidas correctas para tratar esos datos.
El buen hacer de este perfil profesional y la coordinación de esas redes que hemos mencionado harán que las entidades puedan manejar de una mejor forma sus datos, lo que se traduce en el aumento de la eficacia, productividad y por supuesto, legalidad y seguridad.
Algunos expertos hacen referencia a la madurez, explicando que todavía no es suficiente para el cumplimiento de esta normativa. Otros también comentan que no hay una estructura sólida fijada y hay quienes defienden el enfoque de que no se sabe bien tratar los datos personales que se catalogan como no estructurados, es decir, como pueden ser por ejemplo las imágenes. Así mismo, la mayoría de entidades tienen un exceso de confianza en las redes establecidas para tratar dichos datos y a todo esto hay que añadir que en los organismos existe una falta de participación grave que impide que el tratamiento de los datos sea el deseado.
La protección de datos es la mejor solución que podemos poner sobre la mesa para un mejor tratamiento de esa información. En este sentido, el Cuerpo de Conocimiento de Gestión de Datos apuesta por la creación de una Oficina de Gestión de Datos en la cual destaque el data protection officer al frente de la misma. Esta oficina tiene enlace directo con los mandatarios de la organización, puede controlar la calidad de los datos, manejará los datos internos de la entidad, administrará también aquellos que son ejecutivos y puede cambiar de liderazgo, entre otras cosas. De esta forma, todas las redes se aúnan en una misma plataforma central cuya principal garantía es que se pueden coordinar y administrar todos los datos de una entidad desde un mismo punto. El papel del oficial de protección de datos termina siendo fundamental.