El logro de una gestión de la información que proporcione valor de negocio es la principal función del gobierno de datos. Conseguir este ambicioso objetivo, sin embargo, resultará de todo punto imposible si antes no determinamos la manera o maneras de tomar decisiones relacionadas con los datos atendiendo a las características y necesidades de la organización.
No en vano, una adecuada gestión de datos empresariales exige el cumplimiento de normas, políticas y procedimientos. Al margen de la importancia de las tecnologías para optimizar procesos, su objetivo último es la puesta en marcha de un plan global que permita maximizar la gobernabilidad de los datos para alcanzar los objetivos estratégicos de la organización.
Dentro de este esquema colaborativo, al diseñar un plan de gobierno de datos es clave realizar la elección de modelos de gobernanza de datos para determinar las diferentes formas de tomar decisiones de la organización. De ello dependerá el nivel de implicación de los trabajadores involucrados y, por lo tanto, también el éxito del mismo plan de data governance.
Para establecer una hoja de ruta efectiva buscaremos su coherencia con los modelos de gobernanza de datos elegidos a la hora de determinar aspectos como la intención estratégica, los roles y responsabilidades del gobierno de datos, su alineación con la arquitectura empresarial para optimizar la estrategia de TI o, entre otros puntos, los métodos y procedimientos.
Por lo tanto, de forma previa al plan de implementación hemos de realizar la elección de modelos de gobernanza de datos para identificar a las personas o grupos que han de tomar decisiones sobre los datos. Pueden estar dispersas en toda la organización, y su atribución dependerá del modelo o conjunto de modelos de gobernanza de datos elegidos para operar de forma aislada o interactiva.
Las decisiones de gobierno de datos seguirán una determinada dirección a través de la organización en función del modelo elegido:
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El objetivo, en definitiva, es llegar a las mejores decisiones y fomentar su cumplimiento para responder a objetivos estratégicos. Sin embargo, dependiendo de su enfoque pueden ser de muy distintos tipos y, por ejemplo, requerir una mayor o menor confidencialidad. Cuando el programa busca apoyar al Business Intelligence requerirá diferentes participantes en el consejo de gobierno de datos que si el fin es mejorar la calidad de los datos, pongamos por caso.
El establecimiento de políticas y normas debe concordar con una elección de los modelos de gobernanza de datos que mejor se adapten a éstas, un paso previo a la definición de la estructura organizativa del proyecto.
Como hemos señalado en la descripción de los modelos, en la práctica un mismo programa empleará los cuatro modelos. Por lo tanto, comprenderlos nos ayudará a diseñar estructuras que tengan los vínculos apropiados, así como qué decisiones van a tomar los órganos de gobierno y su composición idónea.
Las decisiones más importantes suelen requerir la participación de múltiples niveles. Así pues, en estos casos el uso de un modelo híbrido es lo más conveniente. En particular, cuando las decisiones involucran la política o el presupuesto de la organización.
Se trata, en suma, de incrementar las posibilidades de éxito del programa de gobierno de datos eligiendo de forma estratégica entre diferentes formas de tomar decisiones sobre los datos. La elección ad hoc de uno o varios modelos nos facilitará alcanzar los diferentes objetivos planteados.