En el siglo pasado y durante la primera década del siglo XXI, la automatización y control de procesos se utilizaba principalmente en entornos de fabricación. Algunas empresas innovadoras lo utilizaban también para optimizar y mejorar los modelos de negocio. Pero hoy en día, en la era Data 4.0, la automatización de la gestión datos ha cobrado un nuevo significado.
Para los ingenieros de sistemas, la automatización de procesos y datos no es nada nuevo, de hecho se ha estado usando durante décadas en las operaciones para:
Pero la falta de estándares de comunicación, sumada a las precarias conexiones entre los equipos y sistemas de control de procesos, hacían que los esfuerzos de optimización fueran relativamente inútiles. Lo que es peor, los datos producidos durante el curso de las operaciones del equipo estaban destinados a ser utilizados solo con fines de monitoreo y control y luego descartados inmediatamente.
Sin embargo, avances en las tecnologías de la información y la comunicación provocaron la aparición del internet de las cosas o IoT por sus siglas en inglés. Esta tecnología dio pie a una transformación de raíz, marcada por cambios tan importantes como los siguientes:
De la misma forma que tecnologías big data han hecho posible que las organizaciones almacenen grandes volúmenes de datos, lo revolucionario de los nuevos sistemas de automatización es el poder utilizar los datos generados para optimizar las operaciones de la red y mejorar también el rendimiento de los equipos individuales que la componen.
Los datos demuestran el potencial de la nueva automatización, sirviendose cada vez más de tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, capaz de entregar en los entornos industriales donde se implementa resultados como los siguientes:
Un aumento del 10% en el rendimiento.
Una disminución del 16% en los defectos de etiquetado.
Un aumento del 24% en la efectividad del equipo.
La tecnología de automatización, hoy apoyada en la inteligencia artificial y el machine learning, se considera como una tecnología disruptiva en el sector empresarial que ha conseguido superar las limitaciones asociadas a los primeros software de planificación de recursos empresariales.
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En manos de las empresas queda escoger las soluciones más adecuadas a sus necesidades, las que les ayudarán a alcanzar objetivos y ampliar su conjunto de capacidades con otras nuevas, más en línea con la agilidad, eficiencia y autonomía que demandan los mercados actuales.
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