El esfuerzo que este año hicieron las empresas para mantenerse lo más activas y funcionales posibles, puso a la computación en la nube en el centro del escenario. Negocios de todos los tipos y tamaños se vieron obligados a considerar los entornos cloud para permitir flexibilidad, eficiencia y disponibilidad para sus equipos. En esto, la gran ganadora fue la nube híbrida con sus múltiples combinaciones de almacenamiento.
Covid-19 ha hecho que las empresas sean conscientes de la necesidad de aprender y escalar rápidamente en un ambiente de negocios cambiante. Fuente: ForbesHarvard Business Review |
Una hybrid cloud o nube híbrida es una combinación de recursos locales y/o de nubes locales, integrados con una o más nubes dedicadas y una o más nubes públicas. La combinación de nubes locales, on-premise y nubes dedicadas se conoce como "entorno privado". La nube pública y el entorno privado están estructurados para que funcionen de manera independiente, pero se comunican entre sí a través de una conexión segura en una red privada y/o pública, utilizando tecnologías que facilitan la portabilidad de las aplicaciones y el movimiento de datos.
Una nube híbrida permite a las organizaciones integrar datos de sus sistemas de entorno privado con aplicaciones que se ejecutan en la nube pública, al tiempo que aprovechan los recursos y el almacenamiento de la nube pública.
Además, hybrid cloud aumenta la escalabilidad al permitir que las organizaciones usen recursos de la nube pública para situaciones en las que un entorno privado no proporciona el poder computacional adecuado. La nube híbrida también permite una buena gestión del cumplimiento de los datos.
Una nube híbrida permite que diferentes personas trabajen con capacidades de análisis de datos allí donde sea más lógico y ayuda a definir los requisitos en los que las capacidades de datos y análisis deben ubicarse en el entorno de nube híbrida. Como resultado, las cargas de trabajo analíticas pueden ejecutarse de manera más eficiente dondequiera que se almacenen los datos.
Las organizaciones deben considerar dónde deben almacenarse los datos y dónde debe ubicarse el procesamiento analítico en relación con los datos. Por lo tanto, la consideración de las capacidades externas disponibles en nubes públicas dedicadas y su ubicación, como una opción, debería ser una de las primeras decisiones de arquitectura para cualquier proyecto de análisis. Por otro lado, los requisitos legales y regulatorios también impactan sobre donde se pueden ubicar los datos, ya que muchos países tienen leyes de soberanía de datos que evitan que los datos sobre personas, finanzas y propiedad intelectual se muevan a través de las fronteras de los países.
Algunos de los temas clave que deben destacarse cuando se planifica una estrategia de nube híbrida para big data y analytics son:
Más allá de todas las ventajas que siempre se resaltan del almacenamiento en la nube, hoy cloud computing ha emergido como un componente crítico a la hora de transformar el negocio y prepararlo para volver a crecer.
En un contexto todavía cambiante, la versatilidad y la posibilidad de tomar decisiones lo más rápido y eficiente posible para pivotear si hiciera falta y adaptarse a nuevas realidades, ponen a la nube híbrida en el centro de la escena para garantizar un uso efectivo de Big Data y analytics.
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