¿Cómo ser un data-forward business y liderar la economía de datos?

"Tener información es poder... compartirla te hace más poderoso aún". La frase, contundente, es de Mani Gopalakrishnan, vicepresidente de Transformación Digital de Kraft Heinz, la 5ª empresa de alimentación y bebidas a nivel mundial. Más allá del rubro en el que se desenvuelve, es un caso de estudio propio de la Economía basada en Datos (data economy) por la forma en que orientó su negocio al máximo aprovechamiento de la información que se genera durante el desarrollo de todas sus actividades. 

Esto abre las puertas a un nivel superior de abordaje de los desafíos del negocio, especialmente los más complejos. Utilizar el insight de los datos habilita un conocimiento más profundo de los diferentes escenarios que se plantean, permite reducir el time to market, ayuda a mejorar la experiencia de los clientes y previene fraudes entre muchos otros beneficios. El data-forward business remite al impulso que le puede dar al negocio una óptima estrategia de gestión de datos. 

Sin embargo, más de la mitad de las empresas -según un estudio reciente- aún no habilitan el acceso a información clave en forma remota en el marco del modelo híbrido de trabajo que se impuso tras la pandemia. Sólo un 38% afirma tomar decisiones en base a datos; aunque resulte increíble, aún sigue primando la subjetividad y la intuición. Por otra parte, menos del 50% tienen implementados mecanismos para compartir datos con su cadena de valor.

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Encabeza el ranking la identificación de riesgos y la prevención de fraudes; le sigue la innovación en fuentes de ingresos (incluso revelando nuevas oportunidades en el mercado) o nuevos modelos de pricing. Asociado a lo anterior, aparece el desarrollo de productos y servicios en base a datos e, incluso, en torno a los datos en sí mismos. Personalizar la experiencia del usuario y el servicio al cliente es una práctica que también se enriquece con un buen aprovechamiento de la información. 

A la interna de las organizaciones, optimizar procesos y agilizar las operaciones es el primer objetivo tras el descubrimiento y análisis de datos encerrados en la dinámica cotidiana, muchas veces invisibilizados. Siguiendo la vieja premisa “si no se puede medir no se puede mejorar”, los datos son la clave para evaluar cómo va el negocio con mayor precisión y para realizar planes con mejores posibilidades de darles seguimiento. 

La imaginación no se agota y los CDO (Chief Data Officers) van diseñando cada día más estrategias, trabajando en colaboración con diversas áreas de las organizaciones. Como por ejemplo, la gerencia de marketing donde hay mucho por descubrir y explotar, lo mismo que la gerencia comercial y aquella que comande los proceso con la cadena de valor.

Lograr el equilibrio entre democratización y gobernanza de datos

En este último punto, donde entran en juego otras compañías vinculadas al negocio o la actividad principal, aparece el concepto de la democratización de los datos, en el sentido de que se compartan y estén a disposición. ¿Incluye esto información estratégica? Podría ser, en tanto se visualice la gobernanza de datos como una variable clave de valor para el negocio.

En cada caso habrá que poner en la balanza el aporte que hagan esos datos compartidos al ecosistema de cada organización de un lado, y el riesgo de que esa información llegue a la competencia del otro. Si la competencia, potencialmente, podría conseguir la misma información por otros medios, cuanto más rápido se la comparta con la propia cadena de valor más ventajas podrían obtenerse. 

Por otro lado, pese a todos los esfuerzos por integrar bases de datos, conectar áreas de la organización y demás, siguen habiendo silos de información aislada. Una estrategia de datos básica para que éstos sean un impulso al negocio, requiere identificar y resolver -de una vez por todas- esa desconexión entre circuitos o repositorios por los que transitan datos que pueden contener mucho valor. 

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¿Están las empresas inmersas en la economía de datos? 

Según el estudio de Snowflake, aún queda mucho camino por recorrer. Un 55% de las organizaciones (círculo celeste), dijo estar en condiciones de compartir y acceder a los datos en todas las unidades de negocio. Quienes afirman poder acceder fácilmente a todos los datos disponibles a través de un único sistema o aplicación son apenas el 45%, lo mismo que aquellas que pueden compartir y acceder a datos de organizaciones externas. Como ya señalamos, sólo un 38% afirmó tomar la mayor parte de sus decisiones en base a datos.  

Más allá de cuánto represente esta distribución estadística la realidad del mercado en el que cada empresa se desenvuelve, los hallazgos del estudio invitan a la reflexión. ¿Está actuando su compañía en un modo data-driven? ¿Qué tan entrenado está el músculo de aprovechamiento para exprimir todo el jugo de los datos?

Partir de un autodiagnóstico es el primer paso para trazar una estrategia que integre personas, procesos y tecnología en pos de darle un impulso al negocio en base a un recurso que está ahí, a veces al alcance de la mano y otras, detrás de escena, pero siempre a disposición.  

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