La mejora de la calidad de los datos de una organización y su posterior mantenimiento es parte fundamental de una estrategia de Big Data. No en vano, la optimización de la gestión de los datos permite obtener una importante ventaja competitiva.
La gestión de los datos de alta calidad proporciona un análisis más rico y ágil, puesto que éste se realiza a partir de información confiable y valiosa para la organización, además de aportar las ventajas de la rapidez y agilidad en su obtención.
Desafíos y soluciones
El constante crecimiento de datos de todo tipo que llegan a través de muy distintos canales, como redes sociales, centros de datos o call centers puede convertirse en una auténtica lacra para la empresa o, mediante una excelente gestión de datos, en todo lo contrario, revelándose como una gran oportunidad para transformarlos en ideas brillantes.
Agilizar los procesos de negocio a partir del logro de una calidad de los datos, por lo tanto, requiere afrontar una serie de desafíos:
- los datos imprecisos o inexactos
- el exceso de datos
- problemas en su gobierno y administración
- sistemas TI ineficaces,
- fragmentación de datos
- otros problemas similares.
Las soluciones requieren una implementación de nuevas infraestructuras y metodologías que se adapten al nuevo entorno de big data. En función de las necesidades de cada negocio será necesario encontrar respuestas específicas para la integración o la migración de datos y recurrir a tecnologías emergentes -computación en la nube, plataformas de código abierto de tipo Hadoop y un larguísimo etcétera-, entre otras herramientas que optimicen la gestión de sus datos.
Se trata, en suma, de responder a las necesidades empresariales para así convertir la gestión de datos en un activo estratégico que sirva al objetivo deseado, ya se refiera a la estructura misma de la organización, a su seguridad o a la calidad de la información.
Y, puesto que la gestión de datos afecta a un sinfín de aspectos de la empresa, la motivación podría obedecer a fines muy distintos, como:
- poder tomar decisiones más inteligentes
- cumplir con la normativa
- reducir los costes de TI
- mejorar la eficiencia de servicios externos o del servicio al cliente
La aplicacion de tecnologías y metodologías no es suficiente. Considerando que una adecuada gestión de datos implica a personas, procesos y tecnología, de poco servirá una infraestructura optimizada si el personal no sigue las normas, con el consiguiente riesgo de datos erróneos, violaciones de datos, clientes insatisfechos y, en suma, grandes pérdidas.
Se requieren buenas prácticas para:
- garantizar los objetivos de gestión de datos de calidad
- rápida entrega de proyectos
- un retorno óptimo de la inversión de gestión de información
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Los beneficios
Superar los desafíos tiene recompensa:
- El aumento de la escalabilidad y productividad contribuirá a una mayor confianza en el análisis de datos.
- Un acceso a los datos más ágil y puntual
- Mayor exactitud y consistencia
- Cumplimiento de la normativa legal
Además, lograr la mejora de los datos será el resultado de un proceso de cuya continuidad depende el mantenimiento de los resultados. Unos resultados que, a buen seguro, repercutirán en muy distintos aspectos de la organización, ayudando en:
- la reducción de costos
- una mayor eficiencia general enfocada a la toma de decisiones
- la productividad,
- la calidad del producto o servicio
- una mejor relación con los clientes