Lograr la agilidad en la gestión de datos es cada vez más complicado. Si la gestión de los datos tradicionales implicaba un difícil reto, con mayor motivo ocurre ahora, en plena era digital, sobre todo con la irrupción de Big Data y el nuevo escenario tecnológico aparejado a los macrodatos.
Por un lado, una mala gestión de los datos, o simplemente una falta de la misma, resta agilidad a la hora de utilizarlos, pero no solo eso. Cuando la gestión de datos es deficiente o inexistente nos será imposible dotarlos de la utilidad práctica necesaria para ser más competitivos tanto a nivel operativo como en la toma de decisiones estratégicas.
Aprovechar las numerosas oportunidades empresariales basadas en datos que hoy nos brinda el actual escenario global y digitalizado implica, en suma, grandes desafíos en la gestión de la información y no menores recompensas. Un reto cuyo cumplimiento requiere no solo lograr datos de calidad, confiables y de fácil acceso, acordes con lo exigido por las iniciativas de negocio, sino también su entrega en el plazo.
La agilidad en la gestión de los datos siempre es clave, pero resulta esencial dentro del contexto de Big Data, en el que aprovechar las oportunidades basadas en datos requiere poder contar con información valiosa obtenida ágilmente, en cualquier momento y lugar, incluyendo la captura de datos y análisis en real time.
La eficiencia operacional es otro aspecto fundamental de esa agilidad tan necesaria para sacar partido de oportunidades empresariales en distintos ámbitos, entre otros en el campo de la logística, el transporte, la atención al cliente, el análisis de las opiniones para la gestión de riesgos y el análisis de mercados en general.
Para aprovechar las oportunidades de negocio con agilidad es esencial contar con una arquitectura de gestión de datos completa, basada en un enfoque integral que permita cumplir con los nuevos requisitos de los datos. Su heterogeneidad y constante crecimiento se suma a la multiplicación de aplicaciones en sistemas híbridos, en los que es cómun la generación de silos que los fragmentan.
A la hora de buscar soluciones tecnológicas, tal diversificación de datos y aplicaciones y sistemas obliga a una gestión de datos de principio a fin mediante la elección de las tecnologías más adecuadas para cada caso, junto con prácticas óptimas.
Adoptar una plataforma integrada que incluya herramientas de gestión de datos complementarias facilita el uso compartido, admite multitud de casos de uso y, al tiempo, ayuda a ganar en agilidad. En concreto, al disponer de funciones de gestión de datos en un conjunto de herramientas, es factible incorporar los datos, perfilarlos y crear prototipos de forma iterativa, permitiendo una implementación más ágil.
El objetivo último, en suma, es facilitar la gestión de los complejos ecosistemas de datos modernos sin perder agilidad y eficacia para extraer todo su potencial. Todo ello dentro de un programa de data governance acorde con la filosofía empresarial, creando políticas que controlen el uso y acceso a los datos, además de establecer los pertinentes estándares técnicos.
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