La cara menos amable de la nube tiene que ver con su adaptación a los sistemas en uso. La integración cloud es una de las preocupaciones de las organizaciones, que quieren tomar las mejores decisiones con el objetivo de no perder eficiencia, para tener garantizada la escalabilidad y también con el fin de que su elección resulte, en la práctica, apropiada tanto para los usuarios de negocio, como para los de IT. La planificación es fundamental, pero también lo es tener las cosas claras desde el principio del proceso de evaluación. Sólo así se evitarán errores que puedan afectar a la estrategia de integración en el futuro.
Tomar el tiempo para entender las necesidades de integración antes de migrar a la nube y crear un plan de cómo se abordará la integración cloud, donde se definan las necesidades tecnológicas requiere de un planteamiento que considere aspectos como:
- Las necesidades en materia de mantenimiento y actualizaciones y su evolución escalable.
- Todas las cuestiones relacionadas con la gobernabilidad, imprescindibles para hacer un seguimiento de los datos en movimiento y los puntos de integración.
- El nivel de rendimiento que se precisa a la hora de mover y trabajar los datos.
- La mediación firewall requerida para garantizar la exportación y consumo de datos.
- Y, por supuesto, uno de los aspectos más importantes, la seguridad.
Cuando se tiene clara la dirección que hay que tomar, es hora de evaluar las diferentes alternativas que hay en el mercado. No obstante, esta fase del proceso de integración cloud es una de las que más influirán en los resultados finales, ya que muchas veces, puede parecer que los proveedores de soluciones de integración como servicio ofrecen capacidades similares cuando, una vez implementadas, ya es tarde para darse cuenta de que no cubren las expectativas. Hace falta ir más allá de una simple inspección inicial y preguntarse por aspectos como:
- La línea de usabilidad de negocio.
- La capacidad real para soportar la frecuencia de movimiento de datos que precisa la organización.
- La solidez de las capacidades de calidad de datos.
- La capacidad para llevar a cabo funciones de supervisión de la integración de datos.
Más allá de acertar con la elección tecnológica en el corto plazo, hay que ser conscientes de que, si la solución de integración de datos falla, entonces los sistemas críticos podría terminar perdiendo la información más importante, lo que haría que el negocio llegase a un punto muerto. Esta decisión es crucial para el futuro de la organización y, por eso, resulta interesante que no sea competencia exclusiva de IT sino que se trate de una decisión consensuada, fruto del acuerdo con usuarios de las áreas de negocio más relevantes.
En el momento de evaluar las soluciones de integración cloud como servicio hace falta, primero, contextualizar. La comprensión del contexto de la arquitectura organizacional y de la computación en la nube será el punto de partida para constatar 6 aspectos clave para el éxito en la elección:
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