El enmascaramiento de datos proporciona herramientas fundamentales para que las organizaciones puedan afrontar los retos de seguridad que plantea la gestión de los datos sensibles (confidenciales o privados) de la mejor manera. El enmascaramiento de datos evita que los datos circulen con ligereza en entornos no productivos y, como tantas veces ocurre, acaben filtrándose o sean susceptibles de usos indebidos o robos.
Su eficacia se revela como una solución necesaria para poder trabajar sin problemas con datos, exportarlos y, en fin, protegerlos frente a amenazas internas y externas.
Si, por un lado, las políticas de data masking buscan crear conjuntos de datos operativos para entornos no productivos, y hacerlo logrando una información consistente, por otra parte, su objetivo es hacerlo de un modo seguro, cumpliendo tanto con la obligación moral de preservarla como con la normativa de privacidad de datos y demás legalidad vigente relacionada con la organización, algo aún más prioritario para las empresas desde la entrada en vigencia del GDPR
No en vano, la privacidad de los datos y su seguridad es uno de los pilares fundamentales que deben cumplirse para ajustarse a estándares que garanticen la seguridad en entornos TI y, desde un enfoque general, también para afrontar retos de los que, en última instancia, incluso depende la supervivencia de la organización.
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Las herramientas de enmascaramiento de datos, claves para la seguridad
La importancia de las herramientas de enmascaramiento de datos está relacionada con una doble utilidad, que explicaremos en las siguientes líneas:
- Evitar el incumplimiento de la normativa: las soluciones de enmascaramiento de datos contribuyen a garantizar el cumplimiento de las leyes reguladoras sobre la protección de datos de clientes, proveedores o, por ejemplo, de los mismos empleados de la organización. Su función evita a la empresa elevadas multas en caso de posibles inspecciones. En este apartado, la seguridad también está vinculada a la obligación moral de toda organización de proteger los datos privados, en particular, y los datos sensibles en genera.
- Evitar el riesgo de fuga: el enmascaramiento de datos bloquea la exposición de datos sensibles de producción a usuarios no autorizados, reduciendo el riesgo de filtraciones de datos críticos, por lo demás, bastante más frecuentes que los robos o ataques cibernéticos.
En otro orden, cabe destacar que la nube constituye una gran oportunidad para reducir costes en infraestructura pero, al mismo tiempo, entraña nuevos riesgos de seguridad para los datos. En este caso también, el enmascaramiento de datos puede ser una solución práctica que lo haga posible, a la vez que asegura que se respetan los preceptos legales de aplicación.
Se trata, en suma, de aplicar políticas de seguridad de datos que garanticen que los datos que residen en la organización se encuentran debidamente protegidos. En este aspecto, el data masking debería formar parte de la rutina de trabajo de todas las organizaciones que manejan datos sensibles, un concepto variable en cuanto a su confidencialidad, pero que, sin embargo, a nivel legal tiene las pautas muy definidas cuando se trata de información de tipo personal.