El sector bancario está sufriendo una serie de cambios importantes en su normativa tras Basilea II. Si hablamos de gestión de datos, estos cambios están orientados a homogeneizar los sistemas informacionales, favorecer la transparencia y la calidad de los datos, y prevenir el blanqueo de capitales y el fraude. El objetivo final de las nuevas normativas es evitar los errores del pasado y recuperar la solvencia de la banca.
Las entidades bancarias deben adaptar sus estructuras a la nueva legislación, adoptando las medidas necesarias para que sus sistemas informacionales se integren perfectamente con la normativa. Ello incluye la adopción de medidas para acelerar la adaptación a estas nuevas estructuras y sistemas.
El Consejo de Estabilidad Financiera ha puesto en marcha diversas iniciativas legislativas con el fin de garantizar, entre otros factores, la correcta gestión de los datos y su transparencia. Algunas de ellas como la Directiva Solvencia II no entrarán en vigor, en principio, hasta 2016, lo que ha derivado en una cierta dejadez de las entidades para adaptarse a sus postulados.
Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID):
Unificar y homogeneizar los datos en la Unión Europea. El objetivo es obtener Información detallada sobre el cliente para:
Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF):
La IASB es la institución privada que se ha encargado de proponer los principios para la contabilidad de las entidades bancarias, las cuales también tendrán que asumir retos en este sentido.
Basilea III y Solvencia II:
Basilea III y Solvencia II llegan para imponer una regulación que garantice una mejor vida a las entidades bancarias y a las aseguradoras, y les permita tener capacidad de reacción en caso de fluctuaciones del mercado. La gestión de datos se debe adaptar con rapidez a los nuevos estándares.
Blanqueo de Capitales:
Reference Data Management:
La correcta gestión e integración de los datos de referencia permite tener una visión de 360º de la empresa.
Seguridad:
La homogeneización en los sistemas informacionales que proponen las nuevas directivas va encaminada a evitar los datos falsos, incompletos o inexistentes, y a garantizar una estructura coherente y sin errores de gestión de datos.