Llega un momento en que las organizaciones, especialmente las grandes utilizan, muchos sistemas y se nutren de un gran variedad de fuentes de datos, los cuales funcionan en forma de retroalimentación mutua.
Cuando los sistemas y/o fuentes de datos que operan en una misma organización y compañía superan un número razonable, por ejemplo de 1 a 3, esta heterogeneidad les empieza a acarrear un considerable problema. Y esto ocurre a menudo en compañías de un cierto tamaño.
Llegados a este punto, muchas empresas empiezan a utilizar los procesos ETL con una objetivo distinto que el gerenciamiento o la optimización de datos. En estos casos, la utilidad de la ETL se diversifica hacia la integración y la migración de los datos.
Integración de datos. Como hemos visto, los procesos ETL tienen la capacidad de leer y escribir en cualquier fuente o sistema. Por ello, no son pocas las empresas que recurren a este tipo de procesos para integrar datos de diversos sistemas o fuentes, muchos de ellos muy antiguos e incompatibles entre ellos. Si no existiera la posibilidad de utilizar los sistemas ETL como integradores de datos, no cabría otra opción de realizar esta tarea de forma manual y con multitud de errores.
Migración de datos. Se trata de, únicamente, trasladar la información de una base de datos obsoleta a una nueva, realizando los cambios que sean precisos.
Aunque la aplicación más común para un proceso ETL es la construcción y carga de un data warehouse, cada vez más frecuentemente los procesos ETL son usados para operaciones tales como la interacción y la migración de datos.