
La Nube potenció los negocios de las organizaciones aportándoles flexibilidad, agilidad, escalabilidad y la posibilidad de efectuar ahorros importantes. La mayoría de la gente hoy conoce los beneficios del modelo de Cloud computing, qué es y cómo funciona. Pero, combinado con la inteligencia artificial (AI), constituye el combo perfecto para impulsar la actividad de las empresas, aprovechar el valor de los datos y ofrecer experiencias intuitivas a los clientes o usuarios.
Cuando hablamos de la AI en este caso nos referimos a tecnologías que conforman algunos de sus subcampos, como el machine y deep learning y redes neuronales de aprendizaje profundo, que son las que fogonean las aplicaciones más dinámicas, como la analítica predictiva, el procesamiento del lenguaje natural y la visión por computadora.

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Pues bien: desde hace un tiempo estas herramientas de AI se están utilizando para sumar más valor e incrementar las funcionalidades de las plataformas de computación en la Nube existentes. Con las tecnologías de AI montadas sobre las infraestructuras de Cloud computing las organizaciones pueden, como decíamos, gestionar mejor sus datos, encontrar información valiosa para la toma de decisiones comerciales y optimizar la eficiencia de sus circuitos operativos.
Adopción de IA potenciada
Podría decirse que la Nube facilita una “democratización” de las capacidades y beneficios de la IA al permitir el acceso a grandes y pequeños jugadores por igual, fundamentalmente a través de soluciones ofrecidas como servicio que tienen inteligencia artificial embebida. En efecto: los grandes fabricantes de software corporativo ya integraron capacidades de AI en sus soluciones basadas en la Nube y las llevaron al mercado masivo.

Hasta cierto punto, estas soluciones Cloud eximen a las compañías de la necesidad de contar con científicos de datos y expertos en inteligencia artificial en sus staffs. Además, las libera del requisito de invertir en capacidad de procesamiento e infraestructura especializada y de acceder a grandes conjuntos de datos.

“La Nube impulsará más implementaciones de AI a gran escala, un mejor retorno de la inversión (ROI) y un mayor gasto en AI”.
Fuente: Deloitte

Aplicaciones concretas
Al integrarse con la infraestructura de IT, la inteligencia artificial facilita la autogestión de los entornos Cloud: permite automatizar flujos de trabajo –liberando al personal para que pueda abordar tareas que agreguen más valor– y mejora el manejo de las cargas. 
Uno de los campos en que el “combo Nube-Inteligencia Artificial” tiene un impacto potencialmente mayor es en de la gestión de datos. En efecto: la AI habilita a optimizar los procesos de identificación, selección, administración y análisis. En muchos sentidos, la AI y la computación en la nube son la combinación perfecta para la innovación basada en datos. Las capacidades cognitivas y el aprendizaje automático de AI “prosperan en grandes volúmenes de datos, que se vuelven escalables y rápidamente accesibles en un entorno Cloud”. Entre otras cosas, la introducción de AI a una infraestructura de Cloud technology -debidamente potenciada con un data warehouse y mejor aún, con un data lake en la Nube- significa más poder de procesamiento para el análisis de Big Data. Ayuda a identificar patrones y tendencias en diferentes conjuntos de datos y a generar recomendaciones valiosas para los clientes.

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De hecho, la inteligencia artificial ya se integró en plataformas de SaaS para optimizar aspectos como la gestión de relaciones con los clientes, encontrando patrones que permitan incrementar las conversiones, mejorar las experiencias y optimizar las estrategias de ventas.
Por otro lado, los asistentes virtuales basados en inteligencia artificial –como Alexa, Siri y Google Home– permiten a los usuarios solicitar canciones, efectuar compras y realizar diferentes tareas mediante un simple comando de voz. Además, los chatbots automatizados y los propios asistentes virtuales ya se hacen cargo de muchas funciones de servicio al cliente, desde responder preguntas simples hasta derivar llamadas telefónicas.

Aunque se espera que en el futuro los dispositivos IoT puedan recopilar datos y tomar decisiones de manera autónoma, hoy la tecnología de inteligencia artificial y la computación en la nube están en condiciones de conectar máquinas "inteligentes" (desde termostatos y electrodomésticos inteligentes hasta autos autónomos) y administrar las enormes cantidades de datos que generan.
A nivel de seguridad, la AI puede propiciar la automatización y prevenir el acceso no autorizado a entornos de Nube (detectar eventos anómalos y bloquearlos, por ejemplo).
El software empresarial con AI integrada y los servicios de AI basados en la Nube están haciendo que la inteligencia artificial sea más fácil de usar para los no expertos y que puedan darle diversos usos. De tal suerte, las empresas sin una gran experiencia en el tema todavía tienen frente a sí una oportunidad de oro: aprovechar las ventajas de la Nube y subirse al tren de la IA, que sin duda alguna marcará una diferencia abismal en los años por venir.

¿En tu empresa están utilizando soluciones con IA integrada, o servicios de IA basados en la Nube?
