Así es el Internet de las cosas que imagina Google

El gigante de la red quiere facilitar el Internet de las Cosas con un manejo automatizado del smartphone como centro de operaciones domótico.


Big Data Internet de las Cosas

El teléfono móvil, un smartphone cada vez más complejo concebido como un centro único de operaciones domótico que facilite el control de un modo automatizado será el epicentro del terremoto del Internet de las Cosas en un futuro que Google ya vislumbra con nitidez pero que, sobre todo, también pretende propiciar.

Así, al menos, es como lo imagina Vinton Cerf, considerado uno de los padres de la red y vicepresidente de Google. Un universo tecnológico cotidiano que nos espera con los brazos abiertos, lleno de retos y de grandes oportunidades, en el que los dispositivos móviles y, en especial, el teléfono móvil concentrarán buena parte del protagonismo. 

Según apunta Cerf, el smartphone debería detectar los dispositivos cercanos para adaptarse a ellos al instante y "entenderlos". El objetivo, lógicamente, es lograr una interconexión que brinde al usuario la posibilidad de interoperar de uno u otro modo, convirtiéndolo en algo fácil y amigable que en última instancia mejore la calidad de vida del usuario.

Facilitar el Internet de las cosas es una prioridad para el gigante de la red. De acuerdo con el reputado experto, en este sentido, "Google está haciendo un gran esfuerzo para facilitar a todos los usuarios un uso y acceso sencillos".

 

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Un futuro en el que todo estará contectado a la red

"En un futuro próximo, todo estará conectado a internet", apunta Cerf en declaraciones realizadas tras su reciente participación, en Madrid, en las actividades del 50 aniversario de la llegada al Campus de Moncloa de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (Etsit), donde dio una conferencia sobre retos y desafíos de Internet.

Un Internet de las Cosas interactivo, inabarcable pero, al mismo tiempo práctico, en el que la relación hombre-máquina resultará proactiva y productiva. Para ello, al margen de otros detalles, se requerirá de un control pormenorizado, que deberá llevarse a cabo de forma individualizada.

Buena parte de los dispositivos, por lo tanto, -desde sensores de consumo y de control biológico que adoptarán forma de pulseras, prótesis o de chips que incluso podrán ingerirse, pongamos por caso-, permitirá tanto intervenir en función de nuestras necesidades como obtener información valiosa para muy distintos fines, entre otros ofrecer una mejor calidad y esperanza de vida.

 

Un fácil manejo para el usuario

El creciente y cada vez más complejo Internet de las Cosas, en el que serán habituales los electrodomésticos inteligentes o sensores que controlen los parámetros biológicos, por ejemplo, no tiene por qué traducirse en una mayor exigencia para el usuario. Muy al contrario, según apunta Cerf, éste necesita que todo se desarrolle fácilmente, de un modo automático e instantáneo.

Por mucho que todo esté contectado y que las tecnologías tengan diferentes características, el desafío será precisamente el de lograr esa coherencia necesaria para que el entorno no se convierta para el usuario en una jungla difícil, si no imposible de atravesar.

Para Cerf, la naturalidad debe conquistar Internet de las Cosas para resultar práctico, con resultados en tiempo real, obedeciendo comandos de viva voz. A su vez, el experto aprovechó para recordar que habrán de afrontarse retos tan ineludibles como los relacionados con la seguridad y la preservación de la privacidad.

Fuente imagen: tigger11th / FreeDigitalPhotos.net

 

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