Cómo afecta el Big Data a tu día a día

El Big Data es una revolución tecnológica que está teniendo un impacto cada vez más profundo en la vida cotidiana de las personas. Aunque los aspecto


Big Data

El Big Data es una revolución tecnológica que está teniendo un impacto cada vez más profundo en la vida cotidiana de las personas. Aunque los aspectos tecnológicos se le escapan al ciudadano común, no ocurre lo mismo con su influencia, que transforma nuestro día a día, la forma en que vivimos, trabajamos, disfrutamos del ocio y pensamos.

Nos llega prácticamente desde todas partes y casi en todas partes lo encontramos. En la última década, el Big Data está transformando el mundo con su innovación tecnológica, con su mar infinito de datos, productos, tendencias, encuestas...

Como su nombre indica, el Big Data habla de enormes volúmenes de datos, estructurados o desestructurados, así como de soluciones para almacenarlos y trabajarlos. Se trata de una información que procede de múltiples fuentes, por lo que supone un gran desafío para la gestión y el análisis de la información a nivel empresarial.

¿Pero, y a nivel particular, cómo nos afecta día a día? Estar inmersos en la Era del Big Data significa generar información de todo tipo en nuestro día a día (al hacer una búsqueda en internet, al participar en una red social, al comprar, al utilizar el teléfono móvil, etc.) que tiene un gran potencial, y también recibirla.

 

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Big data cotidiano

Podemos recibir recomendaciones personalizadas como clientes o usuarios de un servicio, lo que nos ayudará a aprovechar ofertas comerciales, al tiempo que puede hacernos sentir vigilados. No en vano, la extracción de datos personales y la venta a terceros es una práctica muy habitual, ya que las empresas consideran esta información muy valiosa.

A nivel estadístico, las cifras se disparan. Cada segundo se realizan 10. 000 transacciones con tarjetas de pago en todo el mundo. Cada día se manda una media de 400 millones de tweets, más de 4000 tweets por segundo. Por su parte, Facebook cuenta con más de 901 millones de usuarios activos, más de mil millones de usuarios únicos visitan YouTube cada mes y ven más de 6 mil millones de horas de vídeo. O, sin ir más lejos, a diario más de 5.000 millones de personas utilizan sus smartphones para navegar y comunicarse.

Igualmente, muchas de otras cosas que hacemos implican la existencia del Big Data. Todos ellos son ejemplos de la datificación de nuestras vidas. Si bien se abren nuevas y apasionantes oportunidades propias de un mundo globalizado, cada vez que nos movemos vamos dejando una estela de jugosos datos que otros pueden explotar para hacer crecer su negocio o servir para cosas tan dispares como hacer avanzar la ciencia, mejorar la planificación urbana o, pongamos por caso, prevenir la propagación de una epidemia.

Más allá de la empresa

El análisis masivo de datos permite exprimirlos para extraer información y conocimiento con fines que van mucho más allá de tomar decisiones empresariales. Desde la ciencia, la política, la pequeña empresa o start-ups, se pueden mejorar procesos, establecer modelos predictivos, inspirar teorías o buscar respuestas a preguntas complejas.

Al margen de que organizaciones como la NASA o multinacionales Facebook o Google, de que grandes pequeñas start-ups controlen al detalle tu localización, costumbres y preferencias: nuestras horas de sueño, los objetos que usamos, los lugares a los que vamos o las películas que vemos, “los usos potenciales de la información no tienen más límite que el ingenio personal”, concluyen Viktor Mayer-Schonberger y Kenneth Cukie en su libro Big Data. De un modo u otro, el famoso Big data lo inunda todo.

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Créditos fotográficos: Suphakit73/ FreeDigitalPhotos.net

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