Privacidad y Big Data

Descubre aquí los límites de la privacidad en la era de Big Data.


La flexibilidad aplicada al mundo de la empresa supone movilidad, implica agilidad y, por supuesto, la información y su gestión entran en este juego. Los datos hoy son el negocio de los negocios, la moneda de oro de la economía digital. Puede afirmarse que la información es el motor de la economía del siglo XXI, una moneda de cambio que puede explotarse de muchas maneras y por eso sólo queda plantearse si existen límites a este uso. ¿Qué puesto ocupa la privacidad dentro de Big Data?

 

Negocio, ética, privacidad

Ante este planteamiento, cuando se lanza la cuestión acerca de si todo vale en cuanto al comercio de la información, surgen dos posiciones opuestas que vendrían representadas por:

- Quienes quieren flexibilizar ese uso para poder ofrecer esos otros nuevos servicios, como Telefónica, que vende datos anónimos para conocer qué perfil de gente pasa por un lugar determinado, de forma que se pueda estudiar la viabilidad de abrir un negocio en ese área.

- Aquéllos que exigen un debido tratamiento de esa información y se cuestionan si realmente se puede sacar un negocio de todo esto.

Las dudas acerca de la ética y la legalidad en el uso de la información crecen cuando se habla de datos personales. Sin embargo, reflexionando, a veces se llega a la conclusión de que en el único lugar donde se ha innovado es en la visión de negocio y la forma de rentabilidad la información, en el modo de usarla, porque muchos de esos datos ya existían antes de que la revolución de Big Data entrase de lleno en el mercado y la sociedad.

Desde que los teléfonos móviles existen se han tenido que conectar a una antena para funcionar y los datos de las conexiones siempre se han quedado registrados. La única diferencia es que ahora se tiene la capacidad de analizar esa información, se cuenta la posibilidad de cruzarla y se juega con la opción de venderla para empezar a ofrecer nuevos servicios.

 

Descárgate nuestra Guía sobre Big Data

 

Tecnológicamente es posible, pero ¿es social y humanamente deseable?

Para responder a esta pregunta habría que comenzar planteándose si todo lo tecnológicamente posible es social y humanamente deseable. No podemos ser espectadores ingenuos y ciegamente maravillados por lo que nos dicen sobre el Big Data y eso implica ser crítico con los servicios que se nos ofrecen.

Los avances en cualquier campo han de ser evaluados, igual que ocurre en el ámbito de la medicina, donde hay que apoyar el progreso, pero también hay que saber frenar a tiempo para evitar impulsar situaciones que atenten contra nuestros derechos o realidades deshumanizadas.

Hay que cuestionar todo lo cuestionable para evitar casos como el tristemente famoso de la CIA que ha saltado a los medios recientemente o el de IBM, que Edwin Black explica en su libro "IBM y el holocausto".

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