Mejora tus ventas en retail: estrategias para calidad de datos
La IA y el gobierno de datos transforman organizaciones. Descubre casos reales y beneficios que revolucionan la toma de decisiones empresariales.
Las posibilidades que brinda Big Data se suman a las que ofrece el tradicional BI a la hora de proporcionar información útil y relevante para la toma de mejores decisiones empresariales.
Desde un enfoque que podemos llamar clásico o tradicional, alejado de todo lo que implica Big Data, el Business Intelligence (BI) permite la toma de decisiones estratégicas gracias a la estructuración de información empresarial en almacenes de datos. Se trata de una información, de origen interno o externo, pero focalizada en ámbitos similares, como los relacionados con ventas, producción o calidad y que, por lo general, se compone de datos estructurados que no tienen un crecimiento exponencial.
Con la irrupción del Big Data, los datos sí han crecido a este ritmo, conformando un universo inabarcable, diverso y en constante crecimiento. Estamos ante una realidad que desafía a las nuevas tecnologías, requiriendo una interacción entre éstas y el tsunami de datos que resulta fascinante y, al mismo tiempo, provoca respeto.
La respuesta tecnológica ante tamaño desafío obliga a trabajar con los grandes datos si se quiere:
Si bien los grandes datos siempre existieron, es ahora cuando se han disparado hasta cobrar unas dimensiones inéditas, y también únicamente hoy encontramos tecnología que constituye una alternativa real, por sus capacidades de almacenamiento, procesamiento y analíticas a tan bajo costo (en términos relativos).
Como ocurre, por ejemplo, con marcos de trabajo tan revolucionarios como Hadoop y su rico ecosistema o, imposible obviarlo, con el universo del Internet de las Cosas, tan vinculada al cloud computing y a otras soluciones tecnológicas que no cesan de avanzar y cambiar realidades.
La evolución de la tecnología Big Data, en efecto, ha hecho posible que almacenar y extraer valor de los grandes datos sea factible para empresas de todos los tamaños. Lógicamente, ello ha abierto todo un mundo de posibilidades para dar ventaja estratégica a la empresa, pero no lo ha hecho de forma excluyente.
Muy al contrario, se ha producido un enriquecimiento. Lejos de ser una tecnología disruptiva, las posibilidades que brinda Big Data se suman a las que ofrece el tradicional BI a la hora de proporcionar información útil y relevante para la toma de mejores decisiones empresariales.
El dilema, por lo tanto, no está en elegir entre utilizar el Data Warehousing para transformar los datos de negocio en BI o en hacer lo propio con tecnologías de Big Data. Ya se trabaje on premise, en la nube o se opte por ambos entornos para extraer valor de la información procedente de los datos internos, así como de una gran variedad de fuentes, el objetivo sigue siendo el mismo: dar al análisis de negocio un valor clave para ser competitivos.
Todo apunta a que, tanto ahora, como en un futuro próximo, ambos planteamientos coexistirán. De hecho, son integrables. En definitiva, la información que nos brinda un sistema Big Data amplifica y complementa la que obtenemos con un enfoque convencional de BI. Optar por uno, u otro o por ambos, dando con la fórmula idónea en cada caso, resultará más o menos conveniente en función de lo que aconsejan las necesidades concretas para obtener el máximo potencial.
Empleado de forma inteligente, Big Data da alas a BI.
Fuente imagen: Stuart Miles / FreeDigitalPhotos.net
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