Descubre cómo reducir riesgos y costes con data masking en este post.
Como es sabido, la seguridad de los datos es una prioridad para las organizaciones, una exigencia fundamental que ha de servirse de las herramientas idóneas, esas que permitan reducir costes, adaptarse a la normativa legal vigente y, al tiempo, ofrezcan soluciones que preserven los datos críticos frente a distintos tipos de amenazas.
Para detener las amenazas han de encontrarse soluciones para su uso en entornos productivos y no productivos, y en este segundo caso el data masking se revela como una valiosa solución cuando buscamos que los datos sean operativos, con lo que encriptarlos no sería una solución factible, ya se utilicen para realizar pruebas o desarrollos o en cualquier otro contexto en el que la exactitud de los datos sensibles no sean significativos para trabajar.
En este sentido, junto a medidas de seguridad implementadas en el entorno productivo, el data masking es una solución más que necesaria para complementar la seguridad sin que quede afectada la consistencia de la información.
El enmascaramiento de datos únicamente oscurece o modifica una serie de registros dentro de la base de datos, con lo que los datos reales quedan sustiuidos por otros para realizar tareas por parte del personal interno o externo y, pongamos por caso, con el fin de poder alojarlos en la nube o simplemente en servidores físicos de forma segura y respetando la normativa.
La exportación de datos a entornos de riesgo como el cloud computing no sólo entraña un peligro real que provoca una incertidumbre que deriva en lógicas reticencias, sino que además implica también el cumplimiento de la normativa sobre protección de datos.
El data masking también ayuda a ahorrar costes en muy distintas situaciones, como la pérdida de datos, fugas o filtraciones, robos o, por ejemplo, la imposibilidad de llevar a cabo proyectos que impliquen un nivel de seguridad que no tengamos y que exija la implementación de herramientas de data masking. En este sentido, podríamos dejar de ganar un dinero o tener pérdidas precisamente por el mismo motivo, sin olvidar las importantes sanciones económicas que puede conllevar incumplir la normativa.
En general, la eficiencia que se logra con una adecuada gestión de los datos en terrenos clave, como su calidad y seguridad, nos ayuda a conseguir una reducción de costes gracias a la eficiencia en la gestión y en los mismos procesos operativos.
A nivel de implementación, las herramientas de data masking escalables de alto rendimiento también hacen una gran diferencia en el ahorro de costes a largo plazo, en especial cuando se implementa de forma progresiva.
En el caso de la exportación de datos a la nube, por último, el ahorro de costes se traduciría en el importante ahorro que conlleva alojar datos de forma virtual. Recordemos aquí que la normativa de protección de datos exige enmascarar la información.
Fuente imagen: Castillo Dominici / FreeDigitalPhotos.net
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