Deep Learning, una inteligencia artificial revolucionaria

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Deep Learning

La tecnología siempre promete novedades, sorpresas sin fin y aplicaciones no menos pasmosas, pero pocas tan impactantes como el Deep Learning (aprendizaje en profundidad), una inteligencia artificial de desarrollo todavía incipiente, pero con un enorme potencial, que ya se vislumbra como una de las principales tecnologías del futuro.

Si por un lado el Massachusetts Institute of Technology (MIT) asegura que es una de las diez tecnologías con más porvenir, por otro hay un sinfín de aplicaciones prácticas ya en la calle (reconocimiento de voz de Android o, por ejemplo, el etiquetado de imágenes de Google Plus), que aprovechan estas técnicas informáticas para avanzar en el aprendizaje de las máquinas de forma autónoma, convirtiéndolas en una suerte de humanoides.

El modelo de aprendizaje del Deep Learning imita al cerebro humano, un órgano prodigioso que funciona como un computador, capaz de realizar funciones relacionadas con la estrategia, el almacenamiento de experiencias, el aprendizaje, el análisis, la predicción y el trabajo simultáneo con multitud de datos.

Tomar como modelo el cerebro humano incorporando al tradicional almacenamiento de datos su capacidad de aprendizaje sin duda revolucionará el modo en que la sociedad se relacionará con la tecnología, haciendo cada vez más sutil la delgada línea que separa uno y otra, tan difusa que apenas será perceptible, y en muchos casos ni siquiera llegará a sospecharse su existencia.

De los robots humanoides al Big Data

Entre otras aplicaciones, el Deep Learnign puede abrir la puerta a la creación de robots capaces de pensar y sentir como un ser humano, si bien los primeros resultados están fructificando más rápidamente en el terreno del Big Data. La reciente adquisición por parte de Google de Deep Mind, un startup británica especializada en inteligencia artificial apunta en este sentido.

Lejos de significar el principio del fin (una especie de autómatas que dominaran el mundo y antes extinguiese a la raza humana, en plan terminator), como han pronosticado algunos, al menos por lo pronto, lo que Google quiere es mejorar la eficiencia de su buscador. Si bien podría esta tecnología podría emplearse para desarrollar robots y otros dispositivos innovadores, como termostatos conectados a la red para sumarse al denominado del Internet de las cosas (loT), en un principio el objetivo no es otro que mejorar sus resultados de búsquedas.

La adquisición del software de ingeligencia arficial, en este caso, pretende progresar con la tecnología semántica y la capacidad de entender de un modo más humano lo que se busca cuando se introducen conceptos de búsqueda, especialmente cuando éstos son frases largas que implican un contexto.

Más allá de este tipo de adquisiciones millonarias que buscan crear sinergias en clave Big Data,  hay muchas otras iniciativas que fomentan la capacidad de aprendize de las máquinas, aunque muy probablemente se mantenganen la más estricta confidencialiad. Entre otros proyectos punteros, Microsoft y Facebook realizan investigaciones el campo del reconocimiento vocal y de deducción de patrones de comportamiento de los internautas, así como de los usuarios de dispositivos electrónicos interconectados que forman parte del universo loT.

Fuente imagen: cooldesign / FreeDigitalPhotos.net

 

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