Descubre por qué la calidad de datos es esencial para la inteligencia de tu negocio y cómo consigue aportar información fiable que ayuda en la toma de decisiones.
En mayor o menor medida, toda organización tiene problemas de calidad de datos que deben corregirse mediante una adecuada arquitectura de datos, al tiempo organizada y relevante. Partiendo de esta base debería llevarse a cabo una mejora y actualización continuas que permitan su explotación con fines comerciales o para su uso en la toma de decisiones.
La calidad de datos ha de alcanzar a todas las áreas de la empresa, y hacerlo a partir de unos requisitos mínimos establecidos en los orígenes:
Es así que la gestión de la información mediante las herramientas necesarias y reglas específicas posibilitará una idónea gestión de la calidad de datos que ayude a sacarles el máximo partido.
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La salud de los datos requerida en sistemas de BI (Business Intelligence) facilita un conocimiento de la realidad sin las interferencias propias de la falta de calidad, que tan habitualmente llega a obstaculizar la toma de decisiones. En este sentido, la calidad de los datos es sinónimo de fiabilidad y se configura como un elemento clave sobre el que poder basar decisiones de todo tipo, desde las cotidianas hasta las que requieran un análisis más avanzado.
Los datos desordenados o inexactos dificultarán tomar decisiones basadas fundamentalmente en la información como base sobre la que prevenir situaciones futuras de riesgo o para adelantarse a la competencia. En este sentido, para conseguir este objetivo la información proveniente de distintas fuentes, -estructurada y desestructurada-, deberá integrarse con el fin de favorecer una ventaja competitiva.
Los datos de calidad sometidos a constantes procesos de limpieza proporcionarán una información completa y actualizada y se revelan como imprescindibles para implementar una estrategia de análisis avanzado.
Llegados a este punto, los científicos de datos tendrán la misión de obtener valor de esta montaña de datos estructurados y desestructurados, a partir de los que obtener conocimiento, detectar tendencias y, en suma, extraer una información valiosa que puede resultar decisiva en el actual entorno competitivo.
Los sistemas BI de nueva generación han multiplicado sus posibilidades con respecto a los tradicionales, y ello indudablemente favorece la ventaja competitiva para cualquier empresa que pueda obtener rendimiento del masivo volumen de datos que se genera diariamente, a gran velocidad, procedente de distintas fuentes.
Las nuevas tecnologías Big Data abren todo un mundo de posibilidades para un data management ambicioso con el que gestionar los datos de forma más asequible, ya que su rendimiento es exponencial e inversamente proporcional a su coste. De este modo, los datos de calidad se convierten en un activo estratégico, al tiempo que también ayudan al buen desarrollo de los procesos operativos.
La analítica predictiva, por último, permite establecer correlaciones entre un conjunto de variables de datos, por lo que servirá para distintos objetivos, como la captación de clientes, su fidelización, campañas de marketing o el cambio de rumbo en la estrategia empresarial. De hecho, una empresa tiene ventaja competitiva cuando se encuentra en una mejor posición para luchar contra la competencia y, sin duda, la calidad de datos tiene un gran potencial para ayudar en este desafío.
Fuente imagen: Stuart Miles / FreeDigitalPhotos.net
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